Muchas han sido las ocasiones en las que me he sentado a hablar, como en una esquina caliente, de las preocupaciones que los aquejan y siempre al final del debate sale a colación el tema de las carencias, del “si tuviéramos esto o lo otro”, del “se nos rompió tal máquina y no hay con qué reponerla”, del “nosotros inventamos, pero no somos magos”. Y eso, no es otra cosa que el bloqueo estadounidense.
