La ciudad de Las Tunas destaca por la confluencia de estilos desde una raíz cultural que hoy aflora en la permanencia de prácticas, modos y formas de hacer de los habitantes.
El ecónimo de Las Tunas proviene del cactus del mismo nombre que actualmente prolifera en patios, jardines, azoteas y varios rincones de la ciudad. Según refiere la historia oral todo el que venía solía decir -voy para la hacienda de Las Tunas- tanto fue repetida la frase que perduró en el vocabulario popular.
En la actualidad se reconoce que la ciudad se funda el 26 de septiembre de 1796 en torno a la Parroquia San Jerónimo, pero investigaciones recientes procuran esclarecer detalladamente la creación en la localidad del hato, curato, parroquia, iglesia, poblado, villa y ciudad.
La arquitectura de Las Tunas es ecléctica, ya que en sus edificaciones conviven de forma armónica varios estilos como el Art Deco, racionalismo y algunas huellas de arquitectura colonial. Su arquitectura, la que sobrevivió a tres incendios, y los estilos que posteriormente se erigieron en fachadas de casas e instituciones, hacen que se detenga la mirada.
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