Pipo, el delegado del Puerto

1 de Nov de 2021
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Pipo, el delegado del Puerto

Puerto de Manatí.- Su nombre es Alberto, pero casi nadie lo sabe porque todos le dicen Pipo. Es el delegado de la circunscripción 11 de esta comunidad que lo reconoce plenamente como el líder natural de este poblado de pescadores.

«A mí lo que más me satisface como delegado es el respeto que la gente me tiene. Realmente yo tengo la moral para pararme en cualquier tribuna, y en cualquier lugar de este barrio a exigirles a las personas, porque llevo 32 años aquí, de ellos 25 años de director de la escuela. Me satisface ver cómo las personas están contentas cuando se hace algo para su mejoramiento», señala.

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Pipo tiene 59 años de edad y desde hace 32 vive en el  Puerto de Manatí, donde llegó para cumplir una tarea en un tiempo breve, y echó ancla a la orilla de la bahía. Es un hombre de mediana estatura que camina las calles del poblado cuando no está en la escuela y siempre está al tanto de cualquier dificultad para enfrentar la situación.

«Nosotros siempre estamos junto al pueblo, en estos tiempos de pandemia no salimos de la calle. Ayer, por ejemplo, visitamos a los vecinos que están aislados en sus casas por Covid-19, para apoyar en todo lo que haga falta, y pasamos las mismas necesidades.

«Con toda modestia somos de los delegados más enérgicos a la ahora de debatir los problemas de la comunidad, tanto dentro de la Asamblea Municipal como fuera de ella, y hemos tenido fuertes discusiones con algunos directivos».

En el Puerto de Manatí, al norte de la provincia de Las Tunas, Alberto Ramos López, o mejor, Pipo, hizo su familia y ha ayudado a la formación de las nuevas generaciones como director del centro mixto de la comunidad.

Sus hijos ya son profesionales, y su esposa es su más fiel consejera en los problemas que enfrenta. Y hoy dice con orgullo que le otorgan maestros a Manatí, estudiantes en las escuelas de Camilitos, cadetes en las tropas guarda fronteras, en las bases aéreas y en los más diversos campos del saber humano.

«Ser delegado en estos tiempos es un sacrificio, todos te miran, te valoran, ven en la figura del delegado al que va a resolver los problemas, y el delegado no tiene recursos, solo la moral para discutir los problemas. Aunque a algunos no les guste es un trabajo bonito y comprometido».

Delegados como Alberto Ramos López, Pipo, son quienes enaltecen a las Asambleas Municipales del Poder Popular, esas estructuras de gobierno en la que todos están representados, en la lucha por una sociedad mejor.

/mga/

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