El llanto anuncia la vida, y antes de cumplirse la primera hora de su llegada a este mundo el bebé debe recibir un regalo, que convendría que fuese exclusivo durante sus primeros seis meses de vida. Porque el acto de nacer es conclusión e inicio de procesos, y a partir de entonces el niño necesita ser, entre muchas otras cosas, alimentado adecuadamente.
