Motivado por la ejecución de siete sindicalistas en Chicago, como consecuencia de su participación en la lucha por la jornada laboral de ocho horas que tuvieron su origen en la huelga iniciada el primero de mayo de 1886, se acuerda en el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1899, declarar la fecha como Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo. Así surge la fiesta del Movimiento Obrero Mundial.
