Las Tunas.- En un mundo dominado por lo digital y lo masivo, un proyecto cultural desde Las Tunas se empeña en rescatar la calidez, la imperfección perfecta y el alma única del objeto libro.
Bajo la coordinación de Yury García Fatela, han surgido los Talleres de Libros Artesanales, una iniciativa que germina a partir de la colección de cuadernos promocionales «El Guijarro» y que aspira a crear piezas únicas, donde cada ejemplar sea en sí mismo una obra de arte.
«Algunos de los cuadernos que empezamos a hacer los propusimos a algunos artistas visuales para que los ilustraran», explica García Fatela. El resultado fue más allá de lo esperado: los cuadernos no solo fueron ilustrados, sino intervenidos manualmente por los artistas, «convirtiéndolos en cuadernos únicos».
Esta experiencia fue el detonante. Al recordar la tradición de los «libros arte» que existen en varias provincias de Cuba, incluyendo los emblemáticos de la editorial Vigía de Matanzas, el equipo de «El Guijarro» decidió dar un paso más allá. El interés ya no se centra solo en la ilustración, sino en un concepto integral de creación manual.
El manuscrito como obra de arte
La visión de futuro es clara y ambiciosa. «Tenemos el interés en algunos de los proyectos de cuadernos próximos (…) que sean no solamente ilustrados personalizados a mano sino también que sean escritos a mano», señala el coordinador. El proceso ideado es meticuloso: crear un cuaderno prototipo completamente manuscrito e ilustrado, digitalizarlo y luego imprimir las copias, pero reproduciendo fielmente la versión manuscrita.
«Eso nos llevaría ya a hacer un libro completamente artesanal», afirma García Fatela, subrayando que este sería el elemento definitivo para alcanzar la categoría de «libro arte» o «pieza única», una obra absolutamente original desde su concepción textual hasta su forma física.
La trasmisión de un oficio
Para materializar esta visión, era esencial dominar el oficio. Fue entonces cuando recurrieron a la experiencia de Yeinier Aguilera, un especialista con una trayectoria que se remonta a la editorial Encaminarte, fue invitado a apoyar la propuesta y enseñar a los jóvenes los fundamentos de la encuadernación artesanal.
Los talleres cubren todo el proceso creativo: «El tema de cómo hacer las cubiertas, la parte del cosido, la forma en que se punza, se trabaja el tema de unificar las tapas».
García Fatela destaca la libertad estética del proceso: «La parte de las hojas no tiene que ser exactamente perfilada», lo que añade un carácter orgánico y singular a cada pieza.
La etapa final es la ornamentación, donde el libro se convierte en un lienzo tridimensional. Se añaden «elementos artísticos exteriores (…) determinadas figuras o determinados objetos que se incrustan, se pegan, se colorean o se hacen a relieve». Esta capa de artesanía es la que dota al libro de su personalidad irrepetible.
Un proyecto que enriquece y expande
El objetivo final va más allá de la producción de objetos bellos. Se trata de «crear un grupo de personas» y «enriquecer el proyecto» con nuevos integrantes e ideas. La meta es que la colección «El Guijarro» no se limite a ser «una reproducción en serie» de obras literarias, sino que incursione «en la parte más estética y más exquisita del proceso».
Con estos talleres, el proyecto literario se transforma en un vivero de arte integral. Cada libro artesanal que surja de este espacio será un testimonio tangible de un renacimiento lento y cuidadoso, una pequeña piedra, un guijarro, lanzada contra la corriente de la producción en masa, reivindicando el valor de lo hecho a mano, con paciencia, pasión y un profundo respeto por la palabra y la imagen.
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