Las Tunas.- Un ajetreo sin igual se vive en la provincia de Las Tunas desde el amanecer de este viernes, cuando llegaron a Jobabo unas mil 300 personas del municipio de Río Cauto, en la provincia de Granma, evacuadas por vía férrea, ante las severas inundaciones que afectan el lugar.
En la ciudad de Las Tunas también se abrieron las puertas a los granmenses, algunos de los cuales han llegado por sus propios medios hasta el Centro Mixto Simón Bolívar, la primera institución que se habilitó para su acogida, aunque se dispone de otras, tal como explica Juana Yamilka Viñals Suárez, presidenta de la comisión de protección a la población.
“Se alistan la Escuela Pedagógica Rita Longa, la Universidad de Las Tunas y la Escuela de Iniciación Deportiva Carlos Leyva González, además de otras entidades con menor capacidad. No estábamos preparados para reiniciar la evacuación. No obstante, hemos trabajado con la agilidad que se requiere en el momento, con sensibilidad y con amor hacia esas personas que han tenido que dejar sus hogares para proteger sus vidas”.
En el centro de protección Simón Bolívar, está garantizada la alimentación y la atención médica de los evacuados, para los que se dispone también de acompañamiento psicológico y de medios para la recreación, así como de la presencia de trabajadores de la entidad y miembros del Consejo de Defensa Municipal.
Esta no es una evacuación como otras porque las inundaciones en la cuenca del Río Cauto persistirán durante varios días y porque las condiciones meteorológicas prevén la ocurrencia de más precipitaciones. Por ello es mayor la gratitud de esas personas, entre las que se encuentran niños, ancianos y enfermos.
Enrique Mora Bárzaga, residente en Miradero, cuenta que se encontraba en la zona, cuando el río Cauto subió el cauce y que al caer la tarde avisaron que iban a hacer una evacuación masiva en el barrio. Por eso decidieron salir en el mismo camión en el que andaban.
“Quisimos venir a Las Tunas y aquí estamos. Hemos tenido muy buen recibimiento desde que llegamos. Cuenten con nosotros, que vamos a ser disciplinados y con las atenciones que hemos tenido hasta ahora, vamos a sentirnos como en nuestras casas, aunque no sea lo mismo”.
Agustín Castillo Villavicencio, de Los Guayitos, es otro de los protegidos y antes de venir a esta ciudad vio cómo las aguas arrastraban animales, casas y propiedades. En ese momento consideró que su vida tenía más valor y decidió salir con urgencia, para salvar su vida.
“A mí me preocupa la situación de la presa y el río Cauto, porque sé que estoy bajo de las aguas de ese embalse, en el que escurren cinco provincias. Es una situación bastante engorrosa. Salimos caminando y luego encontramos un carro que nos trajo hasta acá, donde nos dieron buena acogida y eso que llegamos sin anunciarnos”.
Como es usual en Cuba, la solidaridad no entiende de espacios geográficos ni de condiciones. El territorio tunero hoy protege a numerosas familias que debieron salir de sus comunidades, en el municipio de Río Cauto, y que encontraron aquí protección y un abrazo de hermanos.




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