Radio Victoria en Vivo

InicioLas TunasPara que no se pierdan las semillas

Para que no se pierdan las semillas

Las Tunas.-En el patio del centro escolar Eliecer Botello lo mismo crecen tomates, ajíes, cebollín, berenjenas o remolachas que ciruelas, chirimoya o níspero.

Son fruto de un proyecto en la modalidad de círculo de interés con nombre sencillo: Mi escuela y el medio ambiente, pero de amplio y permanente hacer que reverdece el huerto del plantel y otros predios en la comunidad de La Piedra, en la carretera central, saliendo de Las Tunas rumbo al Este.

Todos aportan pero el promotor de la iniciativa encaminada a una coexistencia amigable con el medio ambiente, es Jorge Luis Pérez Rivero, un maestro de Computación que lleva 40 años en el magisterio, muchos de ellos ocupándose de que la educación ambiental tome la misma relevancia que la historia y las matemáticas.

Jorge Luis Pérez Rivero, lleva 40 años en el magisterio y es el promotor del proyecto Mi escuela y el medio ambiente. (Foto de la autora).

“Así como hay muchas viviendas en el campo que no tienen siquiera un árbol para cosechar frutas también hay escuelas rurales con muchas posibilidades para fomentar cultivos y el interés y el amor por el cuidado del entorno desde la práctica, que no las aprovechan.

“La mía no puede estar entre esas”, se dijo un día y hace alrededor de 15 años comenzó a realizar actividades docentes educativas y complementarias, con la participación del claustro, las familias, la comunidad y de forma muy especial los estudiantes.

“Al iniciar este trabajo solo habían seis árboles frutales en la escuela y hoy tenemos más de 55 en producción y ciento de plantas ornamentales.

“Nuestro centro es gestor del programa de reforestación de estas especies en la localidad influyendo de forma dinámica en la participación de todos en el mejoramiento del medio ambiente”.

El profe Jorge Luis tiene muy clara la importancia de que las futuras generaciones desarrollen una sólida conciencia medioambiental, y en esta iniciativa encontró una valiosa forma de lograrlo.

Más allá de la escuela

“Lo que hacemos no solo queda en la escuela”, refiere Jorge Luis con la satisfacción por ser útil a los demás que delatan sus ojos.

“Además de fomentar el amor y el interés por el cuidado del entorno cosechamos alimentos y otros bienes no solo para los niños y trabajadores de la escuela sino también para familias y otras instituciones de la comunidad.

Además de fomentar el amor y el interés por el entorno se cosechan alimentos. (Fotos cortesía del entrevistado).

“Los beneficios han llegado a más de una veintena de otras planteles del  municipio de Las Tunas y más del 90 por ciento de las plantas del Círculo Social de la comunidad de La Piedra la sembraron los escolares de nuestro centro”.

Advierte que nunca aplican productos químicos, sino que siembran plantas repelentes como el ním y otras prácticas sanas como creación de cobertura del suelo con restos de cosechas, de habichuelas la más reciente, método de agricultura de conservación.

La reforestación prefieren hacerla con frutales que poco a poco se fueron perdiendo en la zona como el anón, la chirimoya y el níspero y aprovechan estas variedades para enseñar a hacer injertos.

Relata Jorge Luis que a todos les encantan esos días en que salen hacer intercambios de plantas ornamentales con los vecinos del barrio y a recoger semillas porque todas las que emplean son aseguradas por ellos mismos.

“El agua la garantizamos recuperando un viejo pozo de campana y una bomba de mano y reparando el reservorio y las regaderas que usamos en el riego.

“No esperamos que nadie venga a traernos nada, siempre tratamos de resolver cuanto nos haga falta para seguir con este empeño”, comenta mirando los ciruelos que hoy apuntalan la cerca de la escuela y tal vez recordando que eran solo 3 y ahora están multiplicados y llenos de frutos.

Multiplicando experiencias desde la educación ambiental 

La experiencia de centro escolar Eliecer Botello se repite en muchas  escuelas de la provincia de Las Tunas, relata orgullosa Madelaine Reynosa Yero, metodóloga de Educación General en la Dirección Provincial de Educación.

Uno de los cuatro componentes del área que dirige es la gestión ambiental desde donde se ofrece formación para introducir el medioambiente en las aulas a la vez que enseñan las diferentes asignaturas y por eso se desarrollan proyecto como Mi escuela y el medio ambiente del profesor Jorge Luis Pérez Rivero.

“Nos corresponde asesorar metodológicamente las estructuras en las dimensiones relacionadas con el cuidado del medio ambiente con énfasis en la preservación de los recursos naturales, en todas las instituciones educativas de la provincia.

“A ello se encaminan actividades que propicien la protección de los componentes del entorno, priorizando el ahorro del agua y a energía, mediante acciones docentes, extradocentes y extraescolares.

“Tenemos los huertos escolares redimensionados a partir del llamado que ha hecho nuestro presidente Miguel Díaz-Canel, de poner la ciencia y la innovación en función de transformar esas áreas en espacios útiles para la propia institución educativa y la comunidad”.

Comenta que son producciones pequeñas pero que aportan por ejemplo, para condimentar en las comidas con la siembra de ají, tomate, lechuga, calabaza y en algunas instituciones también el cultivo de viandas como alguna variedad de plátano.

“En el municipio de Las Tunas se distinguen en la  educación ambiental combinada con actividades de la sociedad científica estudiantil, el Instituto Preuniversitario Urbano Pelayo Paneque, de Las Pinos que por sus resultados el año pasado mereció la sede de la celebración del 5 de junio, Día Mundial de Medio Ambiente.

“Además del centro escolar Eliecer Botello, en la enseñanza  primaria también sobresalen las escuelas Julio Álvarez, la Tony Alomá y los círculos infantiles, donde desde las edades más tempranas se enseña a los niños a regar el huerto con sus propias manitos, a utilizar las regaderas y también a cuidar con el reaprovechamiento de los recursos para que aprendan sobre los beneficios de reciclar porque también incursionamos en la economía circular, para regenerar y no tener que comprarlo absolutamente todo tratando por todos los medios de ahorrar y abaratar.

Resaltó un proyecto que en Jobabo articula y brinda aportes al presupuesto del municipio y a partir de la lombricultura proporciona beneficios al suelo utilizando los desechos sólidos.

Asimismo, refiere Reynosa Yero, que algunas actividades están relacionadas con las cuencas hidrográficas y con el cuidado de los ríos enfocados a la protección de estos porque el contenido de la educación ambiental no solamente se refiere a la utilización de los suelos y la regeneración de cultivos sino que también se pondera la protección de los recursos naturales.

“Todas las asignaturas de una u otra forma en determinados contenidos, contribuyen a este empeño incluyendo la Historia de Cuba tanto en la secundaria básica como en la primaria mediante los círculos de interés ya sea desde el propio currículum institucional o mediante las materias que tributan a este componente como es el caso de la ciencia natural.

“En la enseñanza preuniversitaria y en la técnica profesional existen los proyectos socios productivos o socios comunitarios y los de educación ambiental. En fin que las escuelas y los profesores en Las Tunas se erigen como promotores principales de la educación ambiental”.

/lrc/

Comente con nosotros en la página de Facebook y síganos en Twitter y Youtube

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí