Las Tunas.- Más de 14 millones de pesos para mejorar y conservar el suelo y otros 30 millones en la gestión, fomento e incremento del índice de boscosidad se invirtieron en la provincia de Las Tunas durante el año 2024.
A ello se suman cifras que rondan los 60 millones para asegurarle agua a la población, algo sumamente necesario en las tierras más secas de Cuba donde solo caen unos mil 38 milímetros de lluvia como promedio cada año.
Esas inversiones millonarias prueban la voluntad por continuar desarrollando una adecuada gestión ambiental en el territorio, incluso, en tiempos de aguda crisis económica, manifestó Amado Luis Palma, subdelegado del sistema territorial del Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en Las Tunas.
A propósito de la celebración el 5 de junio, resaltó el control logrado sobre las 23 fuentes contaminantes de la atmósfera, permitiendo evaluar la magnitud del problema, de manera muy especial en las que afectan hoy el de abasto de agua.
Hizo alusión a acciones hechas en la cuenca La Cana, El Rincón y Cayojo, de donde proviene el líquido para el 70 por ciento de la población tunera. A través del control y la supervisión en ellas se evita su contaminación en el empeño por entregarlo con más calidad.
“El municipio de Jobabo tiene la mina Oro Golden Hill, principal foco contaminante de la provincia con una actividad ambientalmente nociva, que perjudicó el manto acuífero, pero fue controlado.
El especialista y máster en Ciencia del Citma también resaltó el financiamiento puesto en función de la gestión de la biodiversidad, con especial atención a las áreas protegidas.
“Hablamos de más de 10 millones de pesos vinculados a la conservación de los elementos de significación ambiental en espacios naturales como San Miguel del Junco o Monte Cabaniguán, Bahía de Nueva Grande La Isleta en Manatí y Malagueta en el norte.
Comentó, además, sobre la gestión de la zona costera, con buenas prácticas en el manejo de esos ecosistemas específicamente en los manglares.
“Aquí se destaca la Empresa Pesquera que modela la producción de ostión de manera natural y la lleva a granjas ostrícolas, lo que permite reducir las presiones a los manglares, barreras de protección junto a los arrecifes.
“En poblaciones de estos últimos se inició un proceso de monitoreo y diagnóstico sobre su estado de salud, exactamente en el norte de Manatí, con labores para mejorar su estado y así incidir en la reducción de los efectos dañinos de los eventos climáticos extremos”.
Finalmente significó que el hecho de que la provincia de Las Tunas sea vanguardia en el país en la educación medioambiental es gracias a muchas contribuciones como la de la Universidad con el meritorio trabajo de profesores y estudiantes de su cátedra ambiental.
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