Idania Torres Leyva confiesa que es difícil llevar 30 años en la emisora provincial Radio Victoria, a la que llegó en 1994, hay que trabajar fuerte para que salgan los programas con la calidad requerida, chequear la entrada de los artistas en el horario estipulado antes de la salida al aire de cada espacio, así como lidiar con los contratiempos de último minuto.
En su función como Operativo de Estudio está pendiente de cada objeto y profesional que tributa a la programación del medio, una tarea que le fue confiada tras el paso por la sala de control de la calidad, y que igual le sumó esta y otras como la responsabilidad del grupo electrógeno.
Recuerda como uno de los momentos más duros la incidencia de la Covid, cuando muchos compañeros enfermaron y debió hacer de todo para evitar que se paralizaran las rutinas, allí aprendió un poco más, sin estar exenta de las preocupaciones que generó la etapa en todo el mundo y la exposición a riesgos.
Sus días nunca son iguales a otros, y es que llega al centro tras sacudirse un poco los problemas personales, dispuesta a ser feliz allí donde se siente tan útil; facilitar una merienda, coger un ponche, o solo correr a lo largo del pasillo por una ayuda imprevista son parte de lo que hace sin reclamar reconocimientos, satisfecha cuando todo fluye en el oído del oyente, quien no sospecha todo lo que se mueve tras la obra en bocina.
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