Martí por la unidad, en el Partido Revolucionario Cubano

10 de Abr de 2020
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“Lo que un grupo ambiciona, cae. Perdura lo que un pueblo quiere”. Estas palabras, devenidas himno de combate para los cubanos, tienen más de un siglo. Fueron escritas en Nueva York durante la primavera de 1892, y salieron de la pluma ardiente de José Julián Martí Pérez, el Héroe Nacional de Cuba.

Publicaba entonces en el periódico Patria un artículo titulado “El Partido Revolucionario Cubano”, que se constituyó hace 128 años “para lograr, con los esfuerzos reunidos de todos los hombres de buena voluntad, la independencia absoluta de la Isla de Cuba, y fomentar y auxiliar la de Puerto Rico”.

No tenía “por objeto precipitar inconsiderablemente la guerra en Cuba, ni lanzar a toda costa al país a un movimiento mal dispuesto y discorde, sino ordenar, de acuerdo con cuantos elementos vivos y honrados se le unan, una guerra generosa y breve, encaminada a asegurar en la paz y el trabajo la felicidad de los habitantes de la Isla”: una guerra de espíritu republicano para una nación capaz de asegurar la dicha durable de sus hijos.

José Martí, el más universal de los cubanos, fue muy cuidadoso al fundar el Partido Revolucionario Cubano, pilar clave para la organización de la guerra de 1895, de no “llevar a Cuba una agrupación victoriosa que considere la Isla como su presa y dominio, sino preparar, con cuantos medios eficaces le permita la libertad del extranjero, la guerra que se ha de hacer para el decoro y el bien de todos los cubanos, y entregar a todo el país la patria libre”.

En los primeros días de abril de 1892, el Maestro proyecta la esencia del Partido; según él, no como mero bando o secta, o reducto donde criollos se defienden unos a los otros. Define también como adversario al gobierno ajeno español que atiza el odio entre sus hijos; y el espíritu cierto, los métodos rápidos y seguros del Partido.

Con previsión asombrosa y literatura fina, el Apóstol vislumbra un partido unido, al escribir que “no surgió en la vehemencia pasajera, ni del deseo vociferador e incapaz, ni de la ambición temible; sino del empuje de un pueblo aleccionado, que por el mismo Partido proclama, antes de la República, su redención de los vicios que afean al nacer la vida republicana”.

En el periódico Patria, en abril de 1892, afirma también: “El Partido Revolucionario Cubano, es el pueblo cubano”, idea que sobrevivió ya más de un siglo y 28 años para permanecer como esencia en la unidad de quienes habitamos este archipiélago, que, ante la adversidad, juntamos nuestras fuerzas para salir vencedores en cada el combate.

/nre/

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