Mateo tiene tres años, Mar, dos. Son primos, casi hermanos y juegan un rato con carritos, otro con rompecabezas, otro con muñecas… A su edad, están libres de prejuicios que nos hemos inventado los adultos y se divierten jugando lo mismo a las muñecas que a los carritos. Para ellos, lo importante es la diversión y la exploración de su mundo a través del juego.
