Las Tunas.- Desde hace algún tiempo, las autoridades políticas y administrativas de la provincia de Las Tunas se empeñan en hacer de las ciudades y poblados entornos más bonitos y para eso se realizan frecuentemente actividades de higienización, que incluyen chapea y recogida de desechos sólidos.
Sin embargo, algunos puntos de esta urbe se nos ponen feos porque la hierba crece con rapidez, sobre todo desde que se han hecho más frecuentes los aguaceros, y porque entre los que residen en los alrededores falta sistematicidad en las diferentes acciones.
Conocidas son las limitaciones de recursos materiales para que la basura no siga inundando nuestras esquinas, las que deben tener solución con urgencia. Pero también resulta preocupante el enyerbamiento reinante en áreas públicas; incluso, en algunos sitios en los que se agrava por otras condiciones.
El mejor de los ejemplos está en los alrededores del estadio Ángel López Jiménez o Chiquito, como se le conoce en Las Tunas, el sitio en el que aparecieron por primera vez ejemplares del caracol gigante africano, una especie muy perjudicial para los seres humanos y la agricultura, que se ha multiplicado de manera asombrosa, sin que se le ponga freno.
En los bordes de lo que fue una excelente pista de ciclismo pululan montones de desperdicios domésticos, prueba de la indisciplina social de los vecinos; aunque, para ser honestos, hace unos tres años que por las calles cercanas no pasan los carretoneros.
La maleza se ha adueñado del lugar y dentro del hierbazal, además de los peligrosos moluscos, pudieran esconderse latas y otros recipientes, escenarios ideales para la proliferación de focos del mosquito Aedes aegypti, otro enemigo en estos tiempos de inestabilidad en el servicio eléctrico.
Mantener limpia el área entre la Sala Polivalente, la piscina olímpica, las canchas y el estadio Chiquito no es difícil y en cambio sería muy provechoso. Además, podría limpiarse en una jornada de trabajo si se convoca a vecinos y a trabajadores del sector deportivo.
Pero, no es la única zona con esa problemática. Hay muchas más en esta ciudad, en las cabeceras municipales y en los poblados de una provincia reconocida a nivel nacional por su limpieza, y eso obliga a poner la mirada también al enyerbamiento en los edificios multifamiliares y las viviendas.
Las circunstancias actuales exigen la sensibilidad ciudadana y el concurso de todos para cuidar y mantener lo que se haga porque los beneficios- dígase prevención de enfermedades y mayor higiene ambiental- también serán para todos.
/mga/
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