Miriam Velázquez: trabajo por verlos alegres y sanos

12 de May de 2021
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Miriam Velázquez: trabajo por verlos alegres y sanos

Más de 30 años le ha dedicado Miriam Velázquez León a la enfermería y no se imagina en otra profesión, pues para ella no hay nada mejor que ver a los ojos inocentes de un niño y sentir que de alguna manera le agradecen.

«Me desempeño como enfermera en el Círculo Infantil Las Tres Casitas, de Las Tunas, hace cinco años. Me gusta mi carrera porque trabajar con los pequeños es una labor compleja pero maravillosa.

«Disfruto recibirlos en horas tempranas. Les pregunto a la familia por el estado de salud, cómo durmieron, cómo se sienten, si tienen síntomas catarrales, les tomo la temperatura, porque ahora con la situación epidemiológica que existe hay que cumplir estrictas medidas de higiene».

Para Miriam esta etapa de enfrentamiento a la Covid-19 ha sido la más difícil durante todos sus años de trabajo, pues ha tenido que prohibirle la entrada a algún infante con enfermedades respiratorias o cerrar salones para evitar el contagio.

«Me da mucho dolor tener que llamar a los padres y pedirles que busquen a los niños que tienen catarro, así no pueden estar en la institución. Tienen que dejar a un lado el trabajo y venir por ellos y eso me pone triste.

«También he tenido que cerrar salones porque una maestra y un niño fueron contactos de casos positivos a la Covid, no es fácil, pero la situación actual obliga a tomar estas precauciones».

Además de comprobar continuamente el estado de salud de los pequeños, Miriam cumple otras funciones importantes que velan por el bienestar de los infantes.

«Cada mañana voy a la cocina y pregunto cuál es el menú del día. Tengo que comprobar que hayan opciones para los niños intolerantes a algunos alimentos, es una de mis responsabilidades como enfermera. Luego los acompaño en sus procesos de alimentación, sueño, baño, juegos… Eso es lo que más disfruto.

A pesar de que Miriam no llegó al Círculo Infantil por voluntad propia, cada día agradece esa oportunidad, porque el amor que le expresan los niños a través de un dibujo, de una palabra, de una frase o simplemente de una sonrisa o un gesto, le llenan el corazón de una magia única.

“Llegar al Círculo no fue una decision mía, sino producto a un peritaje médico pues tengo un carcinoma de piel y no debo exponerme al sol. Anteriormente trabajé en policlínicos, en consultas pediátricas y luego en consultorios médicos de la familia. Pero llegué al lugar perfecto. Aquí me siento feliz, porque me encanta verlos alegres, sanos, para eso yo trabajo».

Como Miriam Velázquez León son muchas las enfermeras que hoy laboran en círculos infantiles velando por la salud de nuestros pequeños. A pesar de lo difícil que puedan ser las labores en la primera infancia, ella siempre sonríe y disfruta plenamente su profesión.

/nre/

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