William Sosa: ¿Quién dijo que todo está perdido?

16 de Abr de 2020
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En días de aislamiento, las opciones para emplear el tiempo suelen estar mediadas por la creatividad. Pues casi todo lo que hagamos debe enmarcarse en las cuatro paredes de nuestro hogar. Algunos se deciden por los ejercicios, otros por la lectura o el cine, pero en la casa de William Sosa, toda la familia ya sabe qué hacer.

Este tunero es diseñador gráfico y algunas de sus iniciativas quizás usted las ha podido observar en prendas de vestir inspiradas en eventos importantes como la Serie Nacional de Béisbol o el día de los enamorados. También son parte de la imagen de negocios particulares de la provincia y centros estatales.

En esta oportunidad toda la familia Sosa colabora en la confección de mascarillas protectoras para el personal de la salud en Las Tunas. Hasta el momento se han elaborado 70 de estos medios a partir de elásticos, micas de plastificar, cordones… “yo las hago con lo que me caiga a la mano”, así dice William Sosa, quien prefiere apartar su voz de este medio radial y se emplea a tiempo completo a la vorágine laboral en casa.

William Sosa: ¿Quién dijo que todo está perdido?

Las mascarillas son adornadas con la frase Yo vengo a ofrecer mi corazón, de la canción homónima, que se ha vuelto un himno en estos días difíciles.

La idea surgió desde un grupo de diseñadores de todo el país que como él están vinculados por la red social WhatsApp. Así decidieron hacer algo por Cuba. Colaboraciones de este tipo hoy pueden apreciarse en otras provincias como La Habana, Matanzas, Sancti Spiritus y Holguín. Muy importante acotar, sin fines de lucro. Con el único propósito de cortar la cadena de contagio por la Covid-19, tal cual me aclara William Sosa, emprendedor de esta iniciativa en Las Tunas.

Las máscaras protectoras confeccionadas en su casa, tienen el sello de cada integrante de la familia y de amigos que se han insertado a la faena, incluso del pequeño de cuatro años que desde la observación se mezcla en el proceso.

Una frase resalta en estos aditamentos de protección, otra idea que surge gracias colaboración colectiva. Esta frase la hemos escuchado bastante por estos días de pandemia y nos salva de sentimientos negativos e individualistas: “Yo vengo a ofrecer mi corazón”.

Ese es el lema del hogar de William Sosa, ofrecer el corazón, para que otros con manos salvadoras puedan entregar el suyo a todos los que lo necesiten.

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