Las Tunas.- La vida de Migdalia Igarza está marcada por recuerdos que guarda como tesoros en su mente o en su casa, ubicada en un centro reparto de esta ciudad.
«Para mí fueron emociones muy grandes haber estado tan cerca de nuestro Comandante en Jefe. Siempre simpaticé con Fidel castro porque tuve la oportunidad de luchar, de cooperar desde que estaba en la Sierra. Y siempre supe que luchaba por una causa justa. Entonces, estar frente a él, en más de una ocasión, es un privilegio».
Compartir con el más grande de los cubanos no es una oportunidad que tuvimos todos, a pesar de que él siempre buscaba estar entre las masas.
«Cuántos cubanos y cubanas hubiesen querido tener esos encuentros, yo los aproveché siempre. Hoy cada uno de esos momentos los revivo con tristeza y alegría a la vez, por tener esa posibilidad».
A sus 77 años, Migdalia revive los momentos en que estuvo cerca de Fidel.
«En el año 1966, fui seguidora de Camilo Cienfuegos y el Che Guevara. Se hacía una caminata por la ruta desde el salto de la Sierra Maestra hasta Las Villas, y al concluir, en el acto Central, tuve la suerte de que Fidel y la mamá de Camilo me pusieran la medalla en mi camisa. Esa es solo una ocasión, fueron siete veces las que estuve cerca de él».
A su edad, Migdalia Igarza podrá olvidar muchos momentos de su vida, pero esos en los que tuvo al Comandante a pocos metros, esos los guarda siempre, como un eterno regalo.
«Los recuerdos de Fidel, las estampas vividas, los escenarios donde estuve tan cerquita de él, esos jamás los voy a olvidar, los voy a llevar siempre en mi corazón».
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