Catherine Ibargüen.
La Habana.- La saltadora colombiana Catherine Ibargüen protagonizó otra temporada de ensueño, y no solo en su especialidad del triple salto, sino también en la longitud.
Su actual estado de forma indica que la cafetera está de vuelta. No solo deportivamente, con grandes resultados y marcas, sino desde lo anímico, un factor fundamental, sobre todo cuando se tienen 34 años de edad y prácticamente se ha ganado todo.
Desde la cita bajo los cincos aros de Río de Janeiro parecía que la experimentada colombiana entregaba su trono en triple salto a la venezolana Yulimar Rojas, pero este año su nombre volvió a robarse los cintillos de la prensa mundial.
Cierto es que la morocha mermó recientemente su rendimiento por las lesiones. Aún así, nada puede empañar el desempeño de Ibargüen.
La antioqueña se convirtió en la primera atleta en conquistar dos gemas en una misma edición de la Liga del Diamante, pues también se estrenó como reina en el salto largo.
Las paradas finales en Zúrich y Bruselas atestiguaron varios momentos para la historia, mas su actuación se antoja como la más memorable.
La saltamontes brilló en la ciudad suiza con su quinta piedra preciosa en los tres saltos, la especialidad que la ha llevado a la gloria olímpica y mundial.
Con 14,56 metros, superó por solo un centímetro a la jamaicana Shanieka Ricketts y por ocho a la también representante de la tierra del reggae Kimberly Williams.
Tras esa faena, debió desplazarse hasta la capital belga para irse hasta el cajón del largo, donde no llegaba como favorita.
Allí se llevó el título con estirón 6,80 metros, 10 y 12 centímetros más que la británica Shara Proctor y la estadounidense Shakeelah Saunders, respectivamente.
La pregunta ahora es: ¿cuántos títulos más exhibiera en su palmarés si hubiese decidido desde antes practicar también esta modalidad?
Pero el hito de Ibargüen no fue el único hecho sobresaliente de la novena edición de la justa atlética que heredara el legado de la extinta Liga de Oro.
La discóbola cubana Yaimé Pérez también dio la clarinada al destronar a la súper favorita croata Sandra Perkovic.
Aunque fue una competencia que distó de las mejores de la temporada, la europea con un pálido envío de 64,31 metros acariciaba su séptimo diamante al hilo.
Pero en la última ronda, primero la brasileña Andressa de Morais (64,65) y luego la caribeña con un disparo de 65 metros justos, la mandaron hasta el tercer lugar.
Otro que calentó el ambiente fue el flamante recordista mundial de los 60 metros Christian Coleman.
El estadounidense demostró que es el digno heredero del jamaicano Usain Bolt -quien por esos días cumplía su sueño de convertirse en futbolista profesional- y ganó el hectómetro con un impresionante crono de 9,79 segundos.
Ese tiempo igualó la sexta mejor marca de todos los tiempos y el más rápido desde 2015.
Nos vamos ahora hacia las pruebas de fondo. Que los africanos se roben el protagonismo ya es tradición, no obstante, los desempeños del keniano Conseslus Kipruto y el jovencito etíope Selemon Barega merecen un aparte.
Kriputo, campeón olímpico de Río en tres mil metros con obstáculos, firmó ahora otra hazaña al imponerse corriendo casi la totalidad de la prueba con solo Âíun zapato!
Poco después de la primera vuelta el fondista perdió su calzado izquierdo y aún así se mantuvo en la lucha para terminar remontando en la recta final al marroquí El Bakkali.
Por su parte, lo de Selemon es una historia que apenas comienza. Con tan solo 18 años protagonizó un registro extraordinario en los cinco mil metros, 12:43.02 minutos.
Esa marca presenta una nueva cota universal sub-20 y lo coloca cuarto en el ranking mundial de siempre.
Por América Latina y el Caribe también se llevaron las piedras preciosas el jamaicano Fedrick Dacres, en lanzamiento del disco, y la bahamesa Shaunae Miller-Urbo, en 200 metros lisos. (Raúl del Pino Salfrán /PL)
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