Hermanas Giralt, el más horrendo de los crímenes

15 de Jun de 2018
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Hermanas Giralt, el más horrendo de los crímenesEstar en el lugar equivocado en el momento equivocado fue motivo suficiente para que aquel 15 de junio de 1958, los esbirros de Fulgencio Batista al mando del coronel Esteban Ventura, cercenaran brutalmente la vida de dos muchachas en la flor de la juventud.

Las hermanas Lourdes de 22 años de edad y Cristina Giralt Andreu de 28 años, trabajaban en La Habana como empleadas en las oficinas de la Concretera Nacional S.A., pero habían ido a pasar ese domingo, Día de los padres, con su familia en Cienfuegos.

Regresaban a su apartamento al anochecer, tan entretenidas conversando y riendo que no prestaron atención al vecino que las alertó de la presencia de los guardias apostados en el edificio.

Encontraron la puerta forzada y en el mismo pasillo recibieron una lluvia de balas. Desesperados y decepcionados de tanta espera, aquellas bestias armadas, simplemente apretaron los gatillos sin siquiera percatarse de que no eran quienes esperaban. Incluso, los cadáveres fueron sacados a patadas por las escaleras.

Días antes, los revolucionarios Eduardo García Lavandero, Enrique Rodríguez y Faure Chomón, se ocultaban en el apartamento contiguo al ocupado por las hermanas Giralt, y desde allí organizaron y perpetraron, el 13 de junio, un atentado fallido al secretario de Gobernación, Santiago Rey Pernas.

Los esbirros lograron ubicar el refugio en el edificio de 19 y 24, aunque al parecer no tenían bien precisado el número del apartamento y por eso violentaron él de las jóvenes. Sin embargo, los combatientes del Directorio Revolucionario nunca regresaron al lugar.

Solo después del triunfo de la Revolución se supo que Lourdes y Cristina pertenecían a la Resistencia Cívica y eran activas luchadoras clandestinas que vendían bonos para recaudar dinero con destino a la compra de armas y medicamentos.

La masacre de las hermanas Giralt es uno de los crímenes más horrendos del gobierno de Fulgencio Batista, que en su empeño de ahogar en sangre el espíritu libertario de los cubanos, cubrió de cadáveres el suelo de Cuba.

/ymp/

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