Convencer a Yanara Soriano Díaz para que me concediera una entrevista fue una guerra de desgaste hasta que por fin gané. Mi amiga -querida como a una hermana- opta por pasar desapercibida ante el mundo que la circunda, si pudiera usar una capa de invisibilidad lo haría pero es imposible que alguien deje de notar tanto talento y humildad, mucho menos yo, que la conozco desde hace alrededor de 20 años.
