Yami Montoya es una mujer alegre, optimista y dispuesta. La Covid-19 la sorprendió e impuso días rigurosos; supo de la desesperación, incertidumbre y hasta de las torpezas que lastiman la atención sanitaria en Las Tunas, y en esa lucha por la existencia comprendió que el secreto está en vivir intensamente cada instante.
