En el siglo XVI, Paracelso, Padre de la Toxicología, afirmó que «todo es veneno y nada es veneno, solo la dosis hace el veneno». Este principio es esencial al hablar de fitoterapia (hierbas medicinales, infusiones, cocimientos, tisanas y medicamentos botánicos, entre otras formas utilizadas popularmente para referirse al término) durante el embarazo, ya que la mujer experimenta cambios fisiológicos y físicos que pueden aumentar el riesgo de daño por acumulación de tóxicos.
