Todavía recuerdo aquel 5 de marzo de 2013. Era un día normal como otro cualquiera. El sol brillaba fuerte y la tarde derrochaba calor. Casualmente sintonicé la TV y estaban dando la tremenda noticia. Pronto, en el barrio, en toda Cuba, en toda América, en todo el mundo, no se habló de otra cosa. Nadie lo podía creer. Hugo Chávez Frías, había muerto.
