«La ciencia confiere una visión global de los fenómenos, no es inalcanzable ni aburrida como a veces se cree. Decir ‘lo logré’ y resolver un problema genera una satisfacción casi adictiva», afirma con una sonrisa, Darvis Girbau Ortiz, un apasionado de la Física, antes atleta, ahora bisoño entrenador en el instituto preuniversitario vocacional de ciencias exactas (Ipvce) Luis Urquiza Jorge. Sus palabras encuentran eco en todo el colectivo pedagógico del Centro de Entrenamiento de la institución y entre los estudiantes que allí se preparan con amor sin par por las ciencias.
