Las Tunas.- El consumo de alcohol está vinculado a más de 200 enfermedades y problemas de salud, entre ellos a diversos tipos de cáncer, de ahí que según advierte la Organización Mundial de la Salud es responsable de más de tres millones de muertes al año en el orbe.
Las consecuencias sociales y la carga para los sistemas de salud continúan siendo altas, ante la iniciación temprana de su consumo y el abuso por los más jóvenes, a pesar de la promoción de ambientes y espacios sanos de recreación.
El alcohol se convierte en una de las principales causas de muertes prevenibles en el mundo, y a pesar de las consecuencias devastadoras en el plano personal y social, las personas muestran una baja percepción de los problemas crónicos que a mediano y largo plazos provocan desde el punto de vista físico y emocional.
Ante este escenario se impulsan acciones y estrategias para mostrar ambientes saludables desde la práctica del ejercicio físico, el disfrute colectivo del esparcimiento saludable en el período vacacional al cual pueden acceder los más jóvenes en el hogar.
También se aboga por la supervisión constante de la familia ante las actividades de adolescentes y jóvenes, y las nuevas formas de divertimento, unido a la formación de una generación que apele a normas sociales y sanas de disfrute.
Lo que inicia como un consumo moderado puede desencadenar un consumo excesivo, exposición que supone un riesgo mayor de desarrollar adicción unido al incremento de afecciones como las enfermedades cardíacas y el daño hepático, junto al riesgo de dañar a terceros.
De ahí que el alcoholismo es considerado un importante problema de salud a nivel mundial que perjudica de forma grave a las personas, aumenta el riesgo de sufrir estrés en deterioro de la salud mental que deterioran la calidad de vida, desestructurando el bienestar, propiciando abandono y aislamiento social.
Destacan los expertos que el consumo de alcohol puede ser de alto riesgo desde el primer momento y puede desembocar en daños irreversibles que llegan a cobrar hasta la propia vida.
Cada año se realizan jornadas de promoción de salud que apuestan por la orientación de las familias ante la información necesaria para motivar a los más jóvenes al disfrute pleno, con decisiones y actitudes asertivas ante la vida pues el consumo de alcohol no sólo afecta a quien lo consume, sino que tiene también un impacto devastador en las dinámicas al interior de la familia.
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