Las Tunas.-Este es, para muchos, el día más lindo de cada año. Aunque, a decir verdad, podría ser cualquier jornada del calendario porque la maternidad es un regalo. Y es igual de importante dar vida a un hijo que recibirla de una madre.
Con eso basta para vivir satisfechos, aunque muchas madres hoy extrañen a los hijos que partieron anticipadamente a otra dimensión y muchos hijos recuerden con nostalgia a las madres que ya no están en el plano terrenal.
La ternura que se siente de un lado a otro es inmensa en cada minuto de sus existencias y eso es lo que vale, vivir en paz y armonía en estos tiempos de estrecheces económicas, ausencias y limitaciones.
Hoy es el segundo domingo de mayo y se celebra el Día de las Madres, esos seres sencillos que siempre están dispuestos a aportar, sin tener en cuenta la edad de los retoños, porque no hay amor más grande que el que se siente hacia quien nació de sus entrañas.
Se convierten en leonas si aprecian la más mínima amenaza a sus hijos y suelen ser mansas corderas al lado de cunas y camas, cuando aparece una enfermedad. Incluso, en ese instante, poco importan el cansancio o los dolores propios.
En los hogares las tareas se multiplican. También, su disposición a cumplirlas, casi siempre con el mejor de los ánimos. Y hay tiempo para todo porque los hijos, chiquitos o grandes, reclaman igual atención, iguales cariños, iguales consejos…
En varios casos, el proceso va a la inversa y después de muchos años, los hijos se convierten en protectores de sus madres y les alivian dolores físicos y del alma, las alimentan y guían y las cuidan como niños pequeños.
Sea cual sea el caso, este es un día para permanecer juntos o para agradecer por el tiempo compartido con los que ya no están. ¡Qué hoy sobren los besos y no las lágrimas y qué sea así, por todos los tiempos!
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