Madrid.- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reivindicó los logros económicos y sociales alcanzados por la Revolución bolivariana, en un artículo que publica hoy el diario español El País.
«Una economía que es pura especulación, y no considera como prioridad la prosperidad y la soberanía del pueblo, es hambre para hoy y mañana pan para el imperio. La economía es el corazón de nuestro proyecto revolucionario», alegó el mandatario.
«Nuestra democracia es distinta a todas. Porque todas las demás -en prácticamente todos los países del mundo- son democracias formadas por y para las élites. Son democracias donde lo justo es lo que conviene a unos pocos», subrayó.
A su juicio, esas últimas son democracias clasistas, donde los muchos son vistos como más en cantidad, pero menos en calidad.
Por el contrario, aseguró, la democracia en Venezuela es para los muchos, y lo justo es lo que es bueno para toda la gente.
«Y como las necesidades de la gente cambian, se articulan y se renuevan, es que el nuestro es un proyecto revolucionario que está en permanente cambio», señaló el estadista en su artículo, publicado en las ediciones impresa y digital del periódico madrileño.
En esa línea, recordó cómo 20 años atrás era normal nacer en el país sudamericano en medio de lo que calificó de violencia obstétrica.
«Y estaba lejos de todos nosotros imaginar siquiera que en el momento del parto no se juega solamente la salud del recién nacido, sino también la salud y los derechos de una madre y su familia. Pero la revolución cambió y se volvió feminista», enfatizó.
Indicó que entre todos se decidió remover la violencia machista del sistema de salud y empoderar a las mujeres a través del programa nacional de parto humanizado, respetando su proyecto y decisiones de alumbramiento y crianza, explicó.
Maduro se refirió también a la política de pleno empleo impulsada a partir de la llegada al poder del extinto presidente Hugo Chávez.
Hace dos décadas, antes de nuestra Revolución, era normal echar la culpa de la cesantía de los jóvenes a los propios jóvenes, rememoró.
Entonces, invocó, estaba instalada la idea de que los pobres lo eran porque eran flojos y que por flojos merecían una salud paupérrima, sueldos de hambre y vivir sin techo. Pero con nosotros en el Gobierno la cosa cambió, aseveró.
Con el proceso bolivariano, promovimos una política de pleno empleo, además de acabar -destacó- con la injusticia de que la vivienda propia fuese un sueño para el pueblo y una realidad solo para las élites.
Contrastó que con el plan Gran Misión Vivienda puesto en marcha por el chavismo se construyeron y entregaron más de dos millones de casas de calidad y gratuitas a las familias, y con el que tenemos proyectado llegar, en pocos años más, a los cinco millones, afirmó.
Maduro anunció la implementación, a partir de este año, de un nuevo plan de Seguridad Social.
Su objetivo, anticipó, es lograr que Venezuela vuelva a disfrutar de esa educación y salud que tuvo antes de las embestidas y la guerra económica, y «que nos tenía como ejemplo de calidad para Latinoamérica».
Una Seguridad Social que estará sostenida sobre una economía productiva estable, soberana y próspera, y no sometida a los vaivenes de los precios del petróleo, agregó.
En su opinión, la revolución económica de este nuevo período bolivariano tiene que ser innovadora y creativa para enfrentar el bloqueo comercial inhumano al que nos sometieron los gobiernos de Estados Unidos y de Europa, denunció.
«La economía o es para el pueblo o es abuso. Para nosotros, los bolivarianos, la economía es justicia y la democracia, protección», manifestó el jefe de Estado.
Por último, defendió la esencia latinoamericana, africana e indígena de la democracia venezolana. (PL)
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