Argelio, un hombre de Girón

19 de Abr de 2020
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Las Tunas.- El pecho coronado de medallas, lo confirma: Argelio Acosta Escalante, es un héroe. Este tunero tiene mucho que contar. Conoce la gloria, la vivió en las arenas de Playa Girón, sitio al cual llegó siendo muy jovencito, pero con una historia construida como combatiente del Ejército Rebelde.

Cuando las tropas mercenarias invadieron Bahía de Cochinos, ya aquel muchacho natural de Ojo de Agua de los Melones había peleado por la libertad de su país en la clandestinidad y en la Sierra Maestra. Había entrenado el cuerpo y la mente en aquellas inolvidables escaladas al Pico Turquino, conocía de infantería lo suficiente para enfrentarse en combate y le sobraba, sobre todo, el valor para defender su Patria.

Abril de 1961 sigue en su memoria

‟Cuando se produce el ataque a los aeropuertos Antonio Maceo, en Santiago de Cuba, Ciudad Libertad y San Antonio de los Baños, en la capital, ya estábamos acuartelados en Managua y el día 16 de abril de 1961, en el sepelio de los caídos, Fidel Castro declaró el carácter Socialista de la Revolución. Sabíamos que íbamos a combatir porque el Comandante lo dijo: Esto es el preludio de una invasión mercenaria”.

Hacia las arenas de Playa Girón, partió Argelio, como muchos cubanos. Era el pueblo en armas, decidido a defender su soberanía con la misma intensidad que lo había hecho frente a los sabotajes, atentados, campañas mediáticas, bandas contrarrevolucionarias y todo el arsenal de acciones organizadas desde Estados Unidos, ante la imposibilidad de derrotar a la bisoña Revolución.

Y aunque la verdad es que Argelio no sabía bien qué significaba el Socialismo, algo sí tenía claro: había que defender la Patria. Había que defenderla de gente como aquella, capaz de realizar acciones como el bombardeo donde murió, a los 29 años, Eduardo García Delgado, quien con su sangre dejó más que un mensaje, un camino: Fidel.

De todo esto cuenta Argelio; de la convicción y la determinación de los cubanos: ‟Fidel dijo: Hay que tomar la playa antes de las 5:00 de la tarde porque pueden instalar una cabeza de playa y un gobierno provisional. Y así se hizo.”

En breve llegaría el joven tunero hasta Girón, aquel sitio desconocido donde miedo y valor emularían, para dar lugar a heroicos actos de grandeza.

‟No conocía nada de Girón. Llegamos al central Australia y allí nos dieron la orden de estar alertas. Dormimos sobre la mochila esa noche, con los equipos bélicos: el armamento, el fusil…”.

Entre las experiencias más desgarradoras recuerda el engaño de la fuerza aérea enemiga que luciendo las insignias de la aviación cubana sobrevoló la zona y causó varias bajas.

‟Pensamos que era un avión nuestro. Empezó a dar vuelta por el central y luego abrió fuego. Tuvimos las primeras bajas y heridos. Luego ese avión fue derribado por las «cuatro bocas», dirigida por unos muchachos muy jovencitos que se habían entrenado en Pinar del Río”.

A paso doble, recuerda, partió la infantería detrás de los tanques. El combate fue duro pero los cubanos resultaron victoriosos en una cruzada que como señaló Fidel, en el acto por el aniversario XXV de la victoria, su importancia ‟no está en la magnitud de la batalla, de los combatientes, de los hechos heroicos que allí tuvieron lugar; la gran trascendencia histórica de Girón no es lo que ocurrió, sino lo que no ocurrió gracias a Girón”.

Argelio cuenta y una se admira del valor y la entereza de aquel muchacho que después del combate, emprendió la captura de los invasores. Con el enemigo compartió, entonces el agua de su cantimplora, porque la Revolución también le enseñó eso: respetar la vida, ser generoso ante el vencido, magnánimo en la victoria.

Con estas enseñanzas se formó este hombre humilde, él y su generación. Ha pasado el tiempo. Girón terminó en Girón; pero para los cubanos la resistencia y la lucha por la paz, la soberanía y la independencia continúan. La certeza de entonces es la misma de hoy: ‟Quisiera que me diera la vida fuerza para que, si otra vez intentan volver a aquí, repetir entonces lo que hicimos allí: ¡acabar con ellos!”.

El pecho coronado de medallas, lo confirma: Argelio Acosta Escalante, es un héroe. Este tunero tiene mucho que contar. Conoce la gloria, la vivió en las arenas de Playa Girón, sitio al cual llegó siendo muy jovencito, pero con una historia construida como combatiente del ejército Rebelde.

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