Estrechar lazos culturales con jóvenes artistas de otras provincias deviene uno de los derroteros de trabajo de la vanguardia artística juvenil del territorio que, durante el verano, ha desarrollado presentaciones e intercambios que contribuyen a ese fin.
Por este camino, la brigada de instructores de arte José Martí (BJM) del territorio invitó recientemente al grupo Caribe son, de la provincia de Camagüey, que –a pesar de la edad bisoña de sus integrantes- destaca en la defensa de los géneros tradicionales, aunque no excluyen de su repertorio temas foráneos. Así, cultivan sonoridades al estilo del son, el punto cubano y otras expresiones criollas, pero también interpretan lambadas, cumbias, ritmos haitianos, entre otros.
A ese joven elenco los dirige Marilyn Quiroga, profesora de la carrera de instructores de arte en el conservatorio José White y jefa, además, de la Cátedra de Música de la casa de cultura Amalia Simoni. Sus integrantes, la mayoría provenientes de la Enseñanza Artística, lo mismo improvisan una décima humorística que ponen al público a mover el esqueleto al compás de una composición tradicional o moderna.
A su paso por nuestra tierra, dejaron una hermosa huella en varias comunidades e intercambiaron experiencias con parte del personal de instituciones como la Plaza Martiana, la casa iberoamericana de la décima El Cucalambé y la sede tunera de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), además del proyecto El Manuscrito Perdido. Héctor Bolmey, presidente de la BJM en Las Tunas, reconoció su entrega al trabajo y dejó las puertas abiertas para próximos intercambios de experiencias.
Por su parte, en tierra agramontina, han socializado creaciones suyas los tuneros Esteban Daniel García y Ana Margarita Arada Clavería, como parte de la Cruzada Literaria de Camagüey. Él, además de literatura, ha mostrado su quehacer como trovador y ella, también presidenta de la AHS en nuestra provincia, visibilizado textos de su libro Pasillo de manicomio. En el contexto de celebraciones por el Día Internacional de la Juventud, ellos se erigen defensores de nuestra cultura, un ejemplo a seguir entre los contemporáneos porque, bien dijo Martí: “La mejor forma de decir es hacer”.
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