En la cuerda de una cola

17 de May de 2020
Portada » En la cuerda de una cola

Lo confieso, no me gustan las colas. Siempre he criticado a esas personas que se pasan el día entero en ellas; claro, mi ignorancia no me dejaba ver que no es lo mismo una cola vista desde afuera, que sentirla desde adentro. Pues me tocó el turno.

Más ecuánime no podía estar, una paz interior brotaba dentro de mí. Me había preparado días antes como ese deportista de alto rendimiento en la espera de su competencia.

6.00 am.

¿El último?

– Yo, soy yo. Me responde una muchacha con una pamela muy llamativa y nasubuco amarillo, y, acto seguido, me suelta: “conmigo van seis personas y voy detrás de aquel señor de camisa de cuadro que marcó para cinco”. Bueno, guiño entre cejo y me resigno: ellos llegaron primero.

Echando un ojo, conté más o menos una veintena de personas en la cola y eso sin detenerme a pensar que además tenía que multiplicar por cada uno de ellos a varios acompañantes.

Pasada una hora ya me sentía aclimatado con la gente. Me había enterado de de lo que pasa en la ciudad: ¡Y eso que estamos de cuarentena! Allí supe dónde iban a sacar aseo, cuál es la hora perfecta para marcar y poder alcanzar vianda en el mercado, que al pan de tal panadería le falta gramaje… en fin, que no cabrían en estas líneas. También aprendí muchos consejos para que no se te cuelen gente.

A cada rato me localizaba en tiempo y espacio: no perder de vista a las 5 personas que van delante es primordial y más si, gracias a una ecuación matemática, se convirtieron en 30.

9.00 am

Empieza la venta. Una multitud enardecida reclama, empujones de todo tipo afloran, llegan los expertos en organizar los puestos en las colas por cuenta propia, los que tratan de ganar espacio en este río revuelto, impedidos físicos, personal de salud y hasta personas de la tercera edad.

“Córranse ahí, echen pa trá”, como aquel tema que popularizara la agrupación Original de Manzanillo, eso empezaron a decirnos los agentes del orden público que ya estaban presentes hacía varios minutos. A metro y medio, por favor.

El sol me comenzaba a picar la espalda y yo no avanzaba, mi ecuanimidad se había perdido y en mi interior sentía de todo, menos paz. Llevaba parado alrededor de cuatro horas en el mismo lugar, ¡vaya que atleta de alto rendimiento he salido!

No sé si está registrada en los Record Guinnes la cola más larga, pero de seguro la mía era una gran candidata.

12:18 pm

¡Qué alegría me dio verle la cara a la dependiente! Al fin había llegado, me tocaba a mí. Me sentía como un niño cuando están a punto de darle su regalo de cumpleaños.

“Tiene que esperar media hora”, me dijo con dulce voz, “voy a almorzar” y me dejó con la palabra en la boca y más dudas que respuestas. Nada, que mi paciencia estaba rozando los límites y mi semblante cambió de palo pá rumba en un instante.

Debe haber almorzado pescado. Al cabo de una hora arranca de nuevo la venta, yo sintiéndome afortunado miraba a las demás personas en la cola como seres inferiores: era el primero y con una sonrisa que no podía esconder por debajo de mi nasubuco estaba presto a comprar…

¡Se acabó el aceite y el detergente! Grita un muchacho que traía una carretilla en las manos. No lo podía creer, un cubo de agua fría me había caído encima. Trato de indagar si queda en el almacén y la respuesta fue la misma. Se acabó.

Cuando salí, ya eran cerca de las 2:00 de la tarde; en mis manos apenas una jabita de nylon con más comprobantes en su interior que cualquier otra cosa. Estaba cargado de impotencia y queriendo que nadie me saludara.

Un hombre, ya entrado en años, se me acerca y me dice; “Por tu cara, ¿no alcanzaste? No te preocupes, mañana vuelven a sacar, si quieres te marco, yo soy custodio de la escuelita de ahí enfrente, solo tráeme un trago de café y ya está”.

9.00 pm

Qué triste mi historia, espero no volverla a pasar. Ahora voy para la calle, mi amigo Felipe está esperando su café.

/mdn/

Comente con nosotros en la página de Facebook y síganos en Twitter y Youtube 

Últimas noticias

Inmersa Las Tunas en Jornada Nacional de Enfermería Neonatal

Actividades científicas y docentes se incluyen en el programa de celebración en Las Tunas de la Jornada Nacional de la Enfermería Neonatal, que centrada en el cuidado integral al neonato prematuro se extenderá hasta el venidero 19 de septiembre.

Los Leñadores barren a los Piratas

Después de la victoria dominical con marcador de 11×1, los Leñadores concretaron el pase de escoba ante los maltrechos Piratas que no pudieron sacar triunfo alguno de su visita al estadio Julio Antonio Mella.

Guiñol Los Zahoríes arriba a su cumpleaños 54

Desde su fundación, el 14 de septiembre de 1971, el teatro guiñol Los Zahoríes, primer colectivo escénico de la provincia, no ha detenido su labor a pesar de las vicisitudes enfrentadas en el camino.

Comité Provincial del Partido aprueba movimiento de cuadros

Reunido en pleno extraordinario, el Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Las Tunas aprobó a William Proenza Mendoza como miembro de su Buró Ejecutivo para asumir la esfera Social, tras la liberación de Marbelis Mir Corrales.

Más leido

Otras Noticias

El mundo entero levanta a Cuba en sus brazos

El mundo entero levanta a Cuba en sus brazos

Muchas han sido las ocasiones en las que me he sentado a hablar, como en una esquina caliente, de las preocupaciones que los aquejan y siempre al final del debate sale a colación el tema de las carencias, del “si tuviéramos esto o lo otro”, del “se nos rompió tal máquina y no hay con qué reponerla”, del “nosotros inventamos, pero no somos magos”. Y eso, no es otra cosa que el bloqueo estadounidense.

Fisonomía de los vocablos

Fisonomía de los vocablos

Las palabras se mezclan como condimentos en una receta, todo fluye tal cual un experimento, aunque así como el vinagre y el aceite en la cocina se contraponen, hay vocablos que no se arriman a otros; es algo de orgullo intrínseco del lenguaje.

Cuba, de Patria o Muerte

Cuba, de Patria o Muerte

Los sucesos que tuvieron lugar en La Habana el 4 de marzo de 1960 marcaron uno de los episodios más tristes de la  historia de Cuba en la década de 1960. Y es que la muerte de muchas personas durante las dos explosiones del barco la Coubre caló demasiado hondo en el alma del pueblo.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *