Alrededor de la mitad de las 14 mil hectáreas de Monte Cabaniguán son de ciénaga. Esteros que forman perfectos laberintos, manglares perfectamente conservados, aves reposan con total tranquilidad en los muñones de los viejos troncos secos, escurridizas jutías que se esconden entre el verde follaje, iguanas que salen a tomar el sol a media mañana… todo un mundo equilibrado donde el Cocodrilo Acutus es el rey e ingeniero natural de esos parajes.
