El 13 de marzo vive en la memoria como un grito eterno de valentía y sacrificio. Aquellos jóvenes soñaban, como sueñan los de hoy, con terminar sus estudios, construir un futuro digno, formar una familia… Pero en aquel tiempo, las sombras de la opresión se cernían sobre Cuba, donde un golpe de estado había entronizado al dictador Fulgencio Batista, sometiendo al pueblo con puño de hierro.
