¿Existe una fórmula para hacer corpóreo lo que físicamente no está? ¿Cómo es posible permanecer aquí, abandonar la muerte física, y caminar en eterno «recuento y marcha unida»? ¿Cuál es el sustrato, la materia de esos «grandes» que nos hacen empinarnos sobre nuestra propia estatura?…tantas preguntas para entender cómo se da y cómo hacer posible la mística de que Fidel esté entre nosotros. Mas ese «estar» no es propiedad natural per se, sino que hay que sembrarlo cada día, con dedicación de jardinero, con el amor y el orgullo vastos para verlo florecer en bien de Cuba y el mundo, con signo de justicia y con la misma estatura moral de sus ideas.
