Las Tunas.- Una amplia gama de servicios de atención en Salud garantizan los profesionales de la Enfermería, y quienes laboran en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Provincial Pediátrico Mártires de Las Tunas tienen entre sus ejemplos como líder de equipo a la licenciada en Enfermería Liuba Karelis Escobedo Labrada, una figura que emerge como pilar en la labor asistencial y de formación.
«Desde niña siempre decía que quería ser enfermera y en el preuniversitario solicité la carrera, y me llegó en segunda opción. Al iniciar el primer año me encantó todo, y según visitaba al área práctica me fui enamorando mucho más. Mi decisión había sido certera y la mayor recompensa era saber que estudiaba lo que tanto anhelé en la vida, convertirme en profesional de la Enfermería, trabajar con las personas, dedicarme al cuidado del ser humano y especialmente los niños.
«En el mes de septiembre de 1997 cursaba el quinto año de la carrera y me correspondió la rotación por el Hospital Provincial Mártires de Las Tunas. Por esa época entré a la sala de Cuidados Intensivos y me impactó grandemente ver a niños graves y ventilados, tuvimos la oportunidad de participar en un pase visita junto a los doctores José Carlos y Rafael García.
«Desde ese día salí decidida, llegué a la casa de mis abuelos y le dije: ´quiero trabajar en Terapia Intensiva Pediátrica. Obtuve la plaza por el escalafón, eran dos únicamente para esta sala y desde el primero de septiembre de 1998 me incorporé al trabajo en esta sala».
Desde hace 26 años Liuba Escobedo Labrada se adentra en un mundo lleno de amor, dedicación y de gran vocación al cuidado de otros, allí conoce al dedillo cada recoveco de este prestigioso centro asistencial.
«Cada jornada tiene un motivo diferente, a partir de las siete de la mañana hago entrada a la institución sanitaria, recibo la sala y alrededor de las ocho de la mañana se realiza la entrega de la guardia. Esta rutina se hace diariamente y puede cambiar en dependencia de la cantidad de pacientes en sala», comenta Liuba una mujer jovial, emprendedora ante los conocimientos y empática con la nueva generación que llega a la sala desde diversas modalidades de estudios de su especialidad.
«Somos un gran equipo, estable, unido, y el apoyo es nuestra mayor fortaleza. Hoy se habla de un profesional de la Enfermería con amplias posibilidades de especialización, de alto sacrificio en un servicio como este. Soy enfermera licenciada y me sacrifiqué para hacer la especialidad en Cuidados Intensivos porque fui a estudiar a Camagüey para convertirme en especialista», comenta en un breve descanso para el diálogo en medio del ajetreo diario.
«Esta carrera requiere de sacrificios, entrega, consagración y amor a los niños, a lo que uno hace y a la familia, es sencillamente el arte del cuidado que le brindas al paciente, y la mayor recompensa es su mejoría y su retorno al hogar», explica mientras deja saber del dolor que sienten ante los más frágiles, que en ocasiones la demora ante la visita temprana al médico puede marcar la diferencia en la salud de los infantes».
Liuba destaca como indispensable «que el enfermero que decida trabajar en la Terapia Intensiva tiene que tener mucho espíritu de entrega porque es una carrera que denota por el compromiso, todo eso premia a este personal sanitario.
«Actualmente la carrera de enfermería tiene múltiples modalidades de ingreso, tienen la oportunidad de una vez que esté el estudiante en quinto año opte por la verticalización en la especialidad de Cuidados Intensivos. También los licenciados pueden optar por la especialidad de Terapia Intensiva, Neonatología, Gastroenterología o cualquier otro perfil.
«La especialidad de enfermería intensiva y emergencia es hermosa, te das cuenta en mis años de experiencias que como profesional de la Salud tu familia se multiplica, sumas a personas que se convierten en cercanas, porque además de velar por los cuidados de los infantes graves, le brindas apoyo psicológico y emocional a los padres.
«En este servicio se garantizan muchos cuidados y procederes invasivos, y constatas que tu quehacer en las dinámicas asistenciales es esencial para que el paciente que está ventilado, que reanimas y a los que se les hace hemodiálisis reviertan su condición gracias al trabajo y el conocimiento del enfermero, y eso también le ofrece más seguridad al médico como equipo de trabajo».
Liuba es la jefa de la sala y asume además la labor docente que la enorgullece, «tengo aquí alumnos y enfermeros que egresan del técnico superior de ciclo corto, de la carrera de enfermería y alumnos licenciados en enfermería del curso diurno, verticalizados en terapia intensiva y otros del curso rotatorio, y que se decidan por la Pediatría y los Cuidados Intensivos Pediátrico es enaltecer lo que día a día logramos aquí.

Liuba, además de ser la jefa de la sala ejerce la docencia. (Foto de la autora).
«Entrenar en cuanto a los cuidados del paciente grave y formar a profesionales que se dediquen a esta labor es una meta a la cual me entrego a diario, además de motivarlos a investigar y socializar en los eventos que convocan para que sean mejores con los niños», apunta en su conversación.
«Desde que comencé aquí siempre amé este lugar, es como mi casa, me siento dueña y mi único deseo es trabajar con calidad y resolutividad para enaltecer la obra de los fundadores de la terapia intensiva pediátrica de Las Tunas, así como de otros galenos y enfermeros que hoy se empeñan en garantizar la vida de los más pequeños del hogar».
El quehacer de la especialista en Terapia Intensiva y Emergencia, Liuba Karelis Escobedo Labrada, va más allá del cuidado de sus pequeños pacientes, el impacto de sus competencias contribuye a la eficiencia de un servicio con elevado prestigio en el país por la atención efectiva centrada en la salud infantil desde Las Tunas.
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