Las Tunas.- Casi ningún beneficio han reportado a los embalses los 330 milímetros de lluvia caídos este año en Las Tunas, la principal causa de la inestabilidad que tiene el abasto de agua en la provincia.
Mirta García Rojas, la delegada del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en el territorio, subrayó que ello representa solo el 48 por ciento del promedio histórico, con los registros más bajos en los municipios de Colombia, Manatí, Jobabo y Amancio, considerados como severamente secos.
“Aunque en la cabecera provincial hace pocos días cayeron 118 milímetros en pocas horas, que constituyó un récord para el mes de agosto, no contribuyó a la recuperación de las presas, porque las cuencas apenas recibieron lluvia”.
Precisó que alrededor de la mitad de los embalses están por debajo del 25 por ciento de su volumen y actualmente solo el municipio de Jesús Menéndez no tiene fuentes subterráneas afectadas por sequía.
Dijo que en una situación muy diferente está la cuenca La Cana, de abasto a la capital tunera, que se encuentra en estado muy desfavorable por déficit de precipitaciones acumulado ya por muchos años.
La falta de lluvia que este 2025 castiga la provincia es la extensión de una sequía que cada vez se hace más prolongada y recurrente.
La delegada de Recursos Hidráulicos en Las Tunas recalcó que el 2024 fue un año extremadamente seco, en el que solo cayeron 818.5 milímetros de precipitaciones para el 79 por ciento del promedio histórico que es de mil 38 milímetros.