Las Tunas.- La responsabilidad del sector agropecuario de Las Tunas crece en estos tiempos con las urgencias cotidianas, por lo que implica garantizar la alimentación de los residentes en el territorio y, en dependencia de los renglones, compartir con otras provincias.
Se trata de una tarea difícil por tantas carencias; pero, no imposible, tal como se demuestra en muchos lugares de los ocho municipios, hasta donde llegan las principales autoridades políticas y gubernamentales para apreciar con sus propios ojos lo que se hace en aras de producir más alimentos.
En la actividad persisten muchas ineficiencias que nada tienen que ver con la conocida falta de fertilizantes y plaguicidas químicos, insumos, medicamentos de uso veterinario, semillas de calidad o combustible. Más bien se deben a la falta de interés o escasa voluntad de los tenentes de tierra y otros factores.
Incluso, aunque es evidente su impacto, la escasez de precipitaciones durante casi todo el año no impide avanzar a quienes de verdad se lo proponen. Esos productores incorporan variedades resistentes a la sequía, abren pozos, recolectan agua de lluvia y hasta protegen la tierra para disminuir la evaporación.
La realidad impone superar las deficiencias y volcar todos los esfuerzos en hacer producir los deteriorados suelos mediante el empleo de prácticas agroecológicas, la garantía de simientes propias y la aplicación de la ciencia y la tecnología, además del encadenamiento productivo.
Por ello, urge cumplir los planes de la actual campaña de siembra de primavera, con prioridad para los cultivos de ciclos cortos y especialmente viandas, por lo que se aprovechan las lluvias de las últimas semanas para concretar las proyecciones para el autoabastecimiento, sobre todo de plátano, yuca y boniato.
Buenos ejemplos hay, especialmente de campesinos que tienen áreas compactas de esas viandas, maíz, frijol o calabaza, además de muchos otros que incorporan pequeñas áreas a la siembra de arroz, con un mínimo de recursos y un máximo de interés.
La siembra de alimento animal también es importante y aunque esa actividad se incrementa paulatinamente, no debe quedarse atrás. Mucho menos, la agricultura urbana, suburbana y familiar, que en ocasiones desaprovecha oportunidades en huertos y organopónicos con canteros vacíos.
En la producción de alimentos para la población siempre será insuficiente lo que se haga pues la demanda actual es significativa; pero, hay que intentarlo porque es la manera de aliviar a la economía nacional y de garantizar lo que día tras día necesitamos llevar a nuestros platos.
/mga/
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