Las Tunas.- La muerte de dos adolescentes por el impacto de un rayo fue noticia hace pocas jornadas en Cuba y aunque esos hechos se repiten año tras año, siempre causa conmoción por lo repentino y lo traumático que resultan para la familia y la sociedad y porque, en su mayoría, pueden evitarse.
Desde el inicio del período lluvioso, estamos inmersos en la temporada más peligrosa para la ocurrencia de las tormentas eléctricas, que constituyen la primera causa de fallecimientos asociados a fenómenos naturales, según afirmaciones de reconocidos meteorólogos cubanos.
Sin embargo, es muy baja la percepción de riesgo por parte de la población; o, al menos, de muchos jóvenes que desafían a la naturaleza como si fueran invulnerables. Y, lamentablemente, contra las fulguraciones no pueden ni los cuerpos atléticos ni el deseo de concluir un partido de fútbol o béisbol.
Por estos días, en medio de nubes tan oscuras que espantan- y ya iniciada la lluvia- se ve a varios jóvenes en zonas descampadas disfrutando de esas actividades, muy sanas en otras circunstancias. Pero, altamente peligrosas cuando las condiciones atmosféricas anuncian la cercanía de una tormenta.
Algunos también gustan de bañarse en los aguaceros y hasta salir a hacer gestiones que pudieran postergarse o adelantarse, en vez de permanecer dentro de las edificaciones, con las ventanas cerradas y lejos de las rejas, tal como se indica de manera constante.
Cuidar de sí y de los demás es lo lógico ante un fenómeno letal, muy frecuente desde junio hasta septiembre, y especialmente en los municipios de Manatí, Puerto Padre, Jesús Menéndez, Las Tunas y Majibacoa. Por eso hay que saber poner pausas a favor de la vida.
Expertos del Centro Meteorológico Provincial de Las Tunas indicaron hace algún tiempo que, tras un estudio de 30 años, se determinó que este territorio ocupa la séptima posición a nivel nacional en esos fenómenos, que no solo afectan la vida humana, sino la economía hogareña y del país.
Adoptar diferentes medidas para disminuir los daños individuales y colectivos es un imperativo; sobre todo en las condiciones actuales, en las que reparar un equipo electrodoméstico dañado implica desembolsar el salario del mes y hasta más.
Como en muchos otros aspectos de la cotidianeidad, frente a las tormentas eléctricas, siempre será mejor prevenir que lamentar porque la naturaleza es tan fuerte como frágiles somos los seres humanos.
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