En Cuba, los asuntos relacionados con el desarrollo local constituyen una exigencia, lo que requiere el análisis del municipio como el entorno donde se deben generar las necesarias propuestas autotransformativas en pos de su desarrollo sostenible y del Estado en general.
Por ello resolver problemas concretos de la población es un compromiso ético y político del Gobierno a cada nivel. Y uno de los retos en función del desarrollo local consiste en articular de manera sincronizada los intereses estatales y los locales, y compatibilizar las competencias de las estructuras nacionales, provinciales y municipales.
En el caso de Las Tunas ¿están preparados los municipios para cumplir con estos mandatos? Y hablo de las asambleas municipales del Poder Popular. Esa es la primera pregunta que debemos hacer.
La planeación del desarrollo municipal es una actividad de racionalidad administrativa, encaminada a prever y adaptar armónicamente las actividades económicas con las necesidades básicas de la comunidad, teniendo en cuenta que las necesidades básicas de una persona se manifiestan, fundamentalmente, en los límites municipales.
¿Existe proximidad entre las autoridades locales y los ciudadanos, lo que permite establecer un diálogo más inmediato y los últimos pueden ejercer un control más directo sobre la labor de los primeros?.
En mi opinión todavía es insuficiente.
Es por eso que los municipios en Las Tunas deben asumir un mayor protagonismo en la satisfacción de las necesidades básicas de la población. Y para ello se requiere la elaboración de políticas públicas locales encaminadas a tal fin.
Si el papel del municipio es determinante en el desarrollo local, y por consiguiente en el mejoramiento de la calidad de vida de la población, le corresponde a los gobiernos del Poder Popular enrumbar mejor todo lo que debe hacerse en ese sentido, porque eso está probado que se puede lograr.
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