Las Tunas.- En la provincia de Las Tunas y toda Cuba, la suficiencia alimentaria no va a llegar de golpe y porrazo o porque es el anhelo de las autoridades políticas y gubernamentales y de la mayoría de las personas. Tampoco se logrará si, como sociedad, nos quedamos cruzados de brazos.
La situación económica que tiene el país es complejísima y no todos los problemas se podrán solucionar a la vez; pero entre las tantas prioridades, la producción de alimentos se considera asunto de seguridad nacional. Y, económico también porque si se produce aquí, se ahorran miles de dólares en importaciones.
Lo cierto es que campesinos, usufructuarios y trabajadores estatales del sector agropecuario trabajan. ¿Hacen todo lo que se necesita de ellos? No. ¿Por qué? Por varias razones, muchas de carácter objetivo. Sin embargo, la que más lastima es subjetiva, esa que responde a la voluntad.
En el territorio tunero, el sector cooperativo y campesino es responsable de más del 80 por ciento de las producciones. En cambio, la parte empresarial aporta mucho menos y es común ver en su patrimonio áreas vacías, mal utilizadas o con un manejo cultural inadecuado para las plantaciones que poseen.
Escasean el agua, la fuerza de trabajo y los recursos materiales; pero, en medio de tantas necesidades logísticas, pululan otros fenómenos que retrasan los procesos y la primera de ellas es que falta acompañamiento a los productores. Es lo primero que dicen cuando se les visita.
En ese sentido, ni en la ganadería ni en la agricultura son suficientes las acciones de extensionismo. La gente que hace producir la tierra está ávida de conocimientos y quieren saber un poco más que lo que la familia les transmitió de generación en generación.
Hay organizaciones que lo hacen muy bien; ahí están las Asociaciones Cubanas de Producción Animal y de Técnicos Agrícolas y Forestales. Y en la Universidad de Las Tunas hay excelentes profesores universitarios, con vastos conocimientos sobre todos los procesos.
Tienen también investigaciones valiosas sobre las variedades que se adaptan mejor a nuestras condiciones climáticas, la protección de los suelos, el enfrentamiento a las plagas y enfermedades, la conservación de semillas y muchos otros aspectos.
Hay proyectos para impulsar la siembra de plantas oleaginosas, para dar más resiliencia a los hombres y las mujeres del campo frente al cambio climático, para aprovechar la energía solar en función del riego de los cultivos; pero en las actividades agropecuarias no basta con eso.
¿Por qué unos agricultores sí tienen sus áreas cubiertas de cultivos varios y otros no? ¿Por qué la monta directa da beneficios a algunos y otros tienen sus vacas vacías? ¿Por qué en algunos terrenos se prioriza el alimento animal y en otros se limita a los potreros?
Entre tantos ¿Por qué? se nos va el tiempo y no es necesario hacer estudios para saber que lo que nos falta es más voluntad, sentido de pertenencia, responsabilidad, organización, exigencia y control. En Las Tunas los suelos son malos; pero la tierra da si se le explota y protege adecuadamente.
/mga/
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