Las Tunas.- Martí, ese hombre inconmensurable cuyo legado trasciende todas las épocas, ilumina a nuestros artistas que lo llevan al lienzo, a la palabra, a una canción… No pocos se sienten fascinados por el hombre de traje negro y alma blanca, que aún con zapatos rostros, no desvió ni un centavo por el bien de la Patria.
Gustavo Polanco Hernández, Raúl Leyva Pupo, Alexander Lecusay, Yuslier Lozada y otros creadores han llevado al lienzo o la cartulina su visión del Maestro. Lozada, por ejemplo, en diferentes escuelas ha impulsado el proyecto De la raíz a la palma, que –a través de las artes visuales- exhorta en las nuevas generaciones saberes en torno al Héroe Nacional y, especialmente, sus enseñanzas. La cubanía es uno de los rasgos más visibles de esta iniciativa, pues –entre los soportes utilizados- prioriza la yagua de la palma real a la hora de realizar pirograbados. Yuslier también le compuso una canción llamada Maestro Universal, donde expresa su admiración por el autor de La Edad de Oro.
También el artista de la plástica José Ángel Naranjo, presidente del Miniaturismo en la Región Oriental, ha hecho del Apóstol luz y guía. Sus pinceles lo llevan por los caminos de Pepe y hasta ha donado obras inspiradas en el Maestro a su casa natal y diferentes instituciones vinculadas con él.
Otros como Lucy Maestre, escritora y promotora cultural, lo ven tal cual es, un paradigma a seguir, fuente inagotable de sabiduría. Ella insiste en que estudiemos facetas no tan conocidas del Apóstol como son los matices de su muerte. Mientras, para joven escritora Dayislenis Velázquez, Martí es ese hechizo necesario. Por eso, más allá de cualquier fecha y tema que se aborde, recomienda pensar qué haría él, hurgar en sus valores, mirarnos en su ejemplo y buscar parecernos en lo posible.
Como sucede con ellos, en otros artistas habita el legado del Más Universal de los Cubanos. Raúl Leyva, por ejemplo, lo lleva a la caricatura, demostrando que Martí sigue vivo más allá de fechas tan significativas para nuestra historia como el 28 de enero y el 19 de mayo. La primera, cuando nació en la calle Paula; la segunda, cuando murió en combate y se inmortalizó más allá de Dos Ríos y una infame bala enemiga.
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