Las Tunas.- El último cuatrimestre del año 2024 es decisivo para el Movimiento Nacional de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, que encuentra en la provincia de Las Tunas a muchos interesados en incrementar la producción de hortalizas y condimentos frescos.
Para ello, los trabajadores de los organopónicos y huertos intensivos del territorio, así como algunos productores vinculados a las granjas urbanas, multiplican sus acciones para obtener materia orgánica o humus de lombriz y preparar los canteros para la futura siembra.
Aprovechan las características naturales de los meses de septiembre y octubre, con frecuentes aguaceros; y de noviembre y diciembre, cuando se reporta un descenso en las temperaturas, condiciones ideales para el desarrollo de la horticultura.
Los colectivos también redoblan sus esfuerzos en la conservación de las semillas ya existentes y la producción de otras variedades, pues la escasa disponibilidad de las simientes es una de las afectaciones del bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos.
En lo que va del actual calendario, la actividad creció en más de 372 hectáreas, para un total de mil 067. Esa cifra equivale a unos 20 metros cuadrados por habitante y hasta la fecha se cumplen los planes de siembra y la incorporación de nuevos patios, con relación a igual periodo del año anterior.
Entre las principales deficiencias que dificultan la gestión de la agricultura urbana, suburbana y familiar están la escasa atención a las bases productivas por parte del sistema empresarial y la ausencia de los representantes del movimiento en algunos consejos populares.
Además, se registran bajos rendimientos en las unidades, debido al deficiente mantenimiento de la fertilidad de los sustratos, uso de semillas con baja calidad y deterioro de los sistemas de riego, a lo que se suma la inestabilidad de la fuerza de trabajo.
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