Manos colmadas de flores volvieron este 28 de octubre a colmar las calles de Las Tunas. 63 años después la memoria de Camilo Cienfuegos permanece entre los cubanos, intacta en su alegría, cubanidad, fina y delgada estampa de victorioso guerrillero.
Como es tradicional, el tributo aquí aconteció en los exteriores de la Escuela Especial que le rinde honores en su denominación para, posteriormente, iniciar la caminata hasta el Río Hórmigo y con esta regresar a aquella búsqueda desesperada que estremeció a un país.
Para la pionera de sexto grado Yisel Rodríguez Ortega, «Camilo es un ejemplo a seguir»; palabras que suscribe su compañera de quinto grado en el Seminternado Israel Santos Santos, María Isabel Ramírez quien destacó su temprano despertar, emocionada, para asistir al homenaje al Hombre de Sombrero Alón.
«Camilo está en mi corazón», afirmó la pequeña.
Entre los más jóvenes y los cubanos, en general, Camilo es casi una leyenda, un ejemplo de lealtad, valor, amistad, sentido de la justicia y del momento histórico; un jefe guerrillero osado y capaz. Así lo ve Angélica Ramírez Padrón, estudiante de la Escuela Militar que lleva el nombre del héroe.
«Ser Camilito es un orgullo», dijo. Por su parte, Erik Rafael Bermúdez Ruiz, también futuro miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) destacó que ser «hacer tributo a Camilo es un honor, una decisión que implica estar en el momento justo y dispuesto a defender la patria.»
Este 28 de octubre ha sido día de homenajes en Las Tunas y en Cuba, convocó Camilo Cienfuegos Gorriarán, el cubano de nombre sonoro y corta pero fructífera y luminosa vida.
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