Las Tunas.- Para Eugenio Rosales Reyes, las telecomunicaciones no son solo cables y tecnología: son el tejido mismo de su existencia.
Desde sus inicios en los años 80 y hasta convertirse en jefe de brigada y profesor en Las Tunas, su trayectoria es un testimonio de superación, disciplina y amor por una profesión que mantiene unido al país.
La historia de Eugenio comenzó en la Escuela Nacional de Telecomunicaciones de Camagüey en el año 1980 . Sus primeros pasos fueron en la empresa Integral, una etapa que recuerda con especial cariño: «Fue donde me formé y donde forjé mi carácter», afirma.
Con la fundación de ETECSA en 1996, Eugenio ya sumaba experiencia como jefe de brigada. La nueva etapa trajo consigo la humanización del trabajo y nuevas tecnologías, pero también desafíos inmensos. Fue la época de la innovación y el ingenio.
El compromiso de Eugenio no se detiene en las fronteras de su provincia. Su historia está marcada por la colaboración tras el paso de ciclones, trabajando desde Pinar del Río hasta Guantánamo.
Incluso un grave accidente laboral en 2019 no pudo frenarlo. Tras una dura recuperación de 18 meses, regresó al pie del cañón, agradecido por el apoyo incondicional de sus compañeros y directivos.
Hoy, como profesor titular, Eugenio se dedica a formar a las nuevas generaciones. Cada joven que pasa por la escuela de planta exterior en Las Tunas recibe no solo conocimientos técnicos, sino el legado de un hombre que cree en la disciplina tecnológica y laboral como pilares fundamentales.
Tras más de cuatro décadas de servicio, Eugenio mira hacia atrás con la paz de quien lo ha dado todo: «ETECSA me ha dado la vida y yo le he dado la vida a ella», concluye con sencillez. Su historia es, en definitiva, la conexión más perfecta entre un hombre y su vocación.
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