Mártires de Goicuría, cuando la dignidad desafía a las balas

8 de Nov de 2018
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Las Tunas.- Parecía imposible que cuatro jóvenes y una muchacha embarazada fueran capaces de oponer tenaz resistencia a más de 400 policías con armamento pesado. Fue una verdadera escenificación de la batalla de David contra Goliat.

Eran alrededor de las dos de la madrugada del 8 de noviembre de 1958. El jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio, en La Habana, Ángel «Machaco» Ameijeiras, estaba escondido en un pequeño apartamento del edificio de Goicuría y O`Farril, en la Víbora.

Junto a él estaba Norma Porras Reyes, su pareja en la vida y en la lucha, y Pedro Gutiérrez y Rogelio Perea sus más cercanos colaboradores en la conducción de las milicias del Movimiento.

Tras varias tentativas infructuosas para apresarlo, los más notorios criminales de la policía y el Jefe del Servicio de Inteligencia Militar tendieron un poderoso cerco, para neutralizar al hombre más peligroso de la capital.

Desde las azoteas y terrazas aledañas los esbirros ametrallaron el apartamento donde se escondían los luchadores clandestinos, quienes dieron una lección de valor y resistencia al enfrentar la policía con muy escaso armamento durante unas cinco horas.

Al amanecer, ya heridos y sin balas, los tres muchachos fueron apresados vivos del edificio ante la expectante y atemorizada vecindad.

Luego, los cuerpos torturados y acribillados aparecieron tirados en el piso de la Casa de Socorro de la calle Corrales para aparentar que habían muerto durante la balacera.

Solo, Norma lograría sobrevivir a la masacre, aunque sufrió las vejaciones de la cárcel, hasta el triunfo revolucionario de enero de 1959.

Ángel «Machaco» Ameijeiras nació en la localidad tunera de Chaparra, actual municipio de Jesús Menéndez,  el 2 de agosto de 1925, en una familia de estirpe revolucionaria.

Todos los hermanos tuvieron una destaca participación en la lucha contra la tiranía batistiana: Juan Manuel,«Mel» había caído en el asalto al Cuartel Moncada; a Gustavo lo desaparecieron los sicarios, Salvador «Nene» sufría prisión por sus actividades revolucionarias en el Presidio Modelo;  y Efigenio comandaba una columna guerrillera en el Segundo Frente Oriental Frank País.

El 9 de noviembre de 1958, desde la Sierra Maestra, Radio Rebelde, divulgó la noticia de que la Comandancia General del Ejército Rebelde, suscrita por el líder cubano Fidel Castro, ascendió póstumamente al grado de Comandante, al capitán de milicias, Ángel Ameijeiras, como homenaje a su incansable espíritu de lucha y a su valor sin límites.

La sangre de los Mártires de Goicuría contribuyó a forjar el futuro que los jóvenes de hoy están llamados a salvaguardar, para que su sacrificio no haya sido en vano.

/ymp/

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