Las Tunas.- El movimiento político Tarea de Grandes, que lidera el Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba en Las Tunas, tiene un objetivo principal: desarrollar la provincia en todos los ámbitos de la vida económica, política y social por el bienestar y la prosperidad de su pueblo, con equidad y la mayor justicia social.
Y todo eso sobre la base de fortalecer la unidad, consolidar la ideología de la Revolución Cubana y el antiimperialismo; el enfrentamiento resuelto contra lo mal hecho, y la participación activa y consciente de la sociedad, sobre todo, de los jóvenes. Ahora, ¿cómo alcanzar esa meta? ¿Qué hacer para ello?
La fórmula del éxito es la participación entusiasta de la comunidad, las instituciones de la propia comunidad y las entidades productivas o de servicios encargadas de la transformación social.
Para ello el movimiento se sustenta en objetivos estratégicos que, en primer lugar, proponen cambiar la imagen que tiene el pueblo de los dirigentes de la provincia. Las Tunas es un pueblo grande por su historia, su trabajo y sus victorias; es preciso demostrar que los problemas de la economía territorial pueden solucionarse con trabajo a corto, mediano o largo plazos.
La Tarea de Grandes también busca lograr que las empresas cumplan con sus encargos estatales, exigir que los planes de producción o servicios del sistema empresarial, organismos globales de la economía o entidad aseguradora estén ajustados a las demandas del pueblo.
Asimismo, se propone superar los niveles de producción, restablecer los servicios de transportación pública y de carga, disminuir a niveles mínimos los planteamientos y quejas de la población con respecto a los servicios y su calidad, y llegar a las metas productivas comprometidas en la estrategia de desarrollo de la provincia.
Ahora, quiero detenerme en el primer objetivo de la estrategia, que ya mencioné: cambiar la imagen que tiene el pueblo de los dirigentes de la provincia, porque sin el empuje y el protagonismo de los dirigentes muy poco se conseguirá.
Ahí está la esencia para la realización exitosa de este movimiento y de todo lo que se haga en la provincia. ¿O es que sin el protagonismo de los dirigentes podría lograrse el trabajo continuo, el rescate o reasignación del objeto social de instalaciones necesarias e imprescindibles del pueblo, la construcción, reparación, remodelación, el mantenimiento constructivo de obras de alto impacto social?
¿Acaso sin los decisores se podrán estimular iniciativas que generen la incorporación de jóvenes a estudio y al trabajo; reconocer e incentivar a comunidades, en la que sus actores económicos estatales y privados disminuyan la inflación, practiquen la solidaridad con los más vulnerables y repartan las riquezas generadas con justicia y equidad social?
Todo eso, por solo citar algunos de los propósitos, no se alcanzan sin la guía de los propios dirigentes de todas las estructuras, de todos los niveles.
El Comandante en Jefe Fidel Castro afirmaba que los pueblos luchan por grandes aspiraciones, grandes objetivos y afanes. «Son las ideas las que nos unen, son las ideas las que nos hacen pueblo combatiente, son las ideas las que nos hacen, ya no solo individualmente, sino colectivamente, revolucionarios, y es entonces cuando se une la fuerza de todos, cuando el pueblo no puede ser jamás vencido».
Considero que en esos conceptos del Líder histórico de la Revolución está la clave, que se refuerza con este otro, expresado en el lejano 19 de septiembre de 1961, y cito: «Nuestros militantes revolucionarios, nuestros cuadros, los compañeros que tienen responsabilidades: ¡A más responsabilidad, más obligación: a más responsabilidad más deber: y a más responsabilidad, más sacrificio!»
No hay más que decir.
/mga/