Cuando se analizan las principales tendencias de la población en sus planteamientos a los órganos de gobierno de la provincia de Las Tunas para solucionar dificultades que entorpecen su buen desarrollo familiar y personal, emergen las deficiencias subjetivas en la atención al ciudadano, lo cual atenta contra la credibilidad de quienes tienen la responsabilidad de materializar el Poder Popular, que para nada puede ser solo un término.
Y digo esto porque la población en sentido general no plantea asuntos superficiales que la afectan, por el contrario los problemas son muy serios, porque tienen que ver con solicitudes de viviendas, subsidios, solares, las pensiones, asistencia social, ayuda económica y los contratos para gas licuado, dificultades cotidianas que los tuneros no pueden resolver por ellos mismos.
Hoy los principales problemas sociales de la provincia de Las Tunas están enmarcados en esos asuntos, a los que se suman las quejas contra el propio sistema de la vivienda, que es morosa en dar solución a los damnificados, casos sociales, las madres solteras con tres o más hijos que tienen muchas necesidades económicas y las dificultades en la distribución de agua, y aunque algunas de ellas pasan por la carencia de recursos lo que más impera es la propia falta de atención a la ciudadanía.
Si se solucionaran en buena medida esas problemáticas, la calidad de vida de los tuneros fuera superior en todos los sentidos, en momentos en que todo se torna difícil, con énfasis en la adquisición de alimentos por los altos precios que predominan.
En varios análisis del Consejo provincial del Poder Popular se ha señalado que quedan muchos asuntos por resolver, a partir de una máxima que tiene debilidades: la efectividad, profesionalidad y sensibilidad en la atención a la ciudadanía, que en definitiva es la razón de ser de cada Consejo de la Administración en los ocho municipios de la provincia.
No se puede entender que haya que incrementar los esfuerzos y resultados para que las entrevistas con la población tengan más calidad, se mejoren los procesos de investigación y la calidad de las respuestas que se brindan, exigir con mayor rigor el cumplimiento de los términos establecidos y elevar la exigencia en el estricto cumplimiento del sistema de atención al pueblo, fundamentalmente de los cuadros principales en los niveles de dirección, asuntos todos que dependen del actuar de quienes trabajan en los gobiernos.
Pero hay más. Cuando vamos a las proyecciones de trabajo del Gobierno Provincial del Poder Popular se plantea claramente que se requiere de mayor exigencia y control de los Consejos de administración municipales en la identificación de las entidades administrativas que poseen dificultad en el cumplimiento de los términos y la calidad en las respuestas, lograr mejores condiciones para la atención a la población, y analizar la falta de agilidad en las respuestas a los ciudadanos, entre otras.
Esas llamadas proyecciones son parte inherentes del propio trabajo del Gobierno a todos los niveles, porque depende de la actuación de quienes tienen el deber de concretar en la práctica el poder popular, que para nada puede convertirse en un término frío, impersonal, y por el contrario tiene que estar en el centro de la labor de los funcionarios en cada jornada, porque de otra manera conlleva a la falta de credibilidad de sus propias estructuras.
Los problemas de recursos que frenen la solución de asuntos que afectan al pueblo son entendibles. Lo que sí nadie puede entender es la desatención a las necesidades de la ciudadanía, porque ello depende de la actuación de cada servidor público, cuyo deber principal es atender con esmero cada reclamo y buscar soluciones para los tuneros.
/lrc/