Las Tunas.- Por esas pequeñas cosas que hacen posible lo grande, la especialista en primer grado de Medicina General Integral, dedicada a la Obstetricia Lirisis Naranjo González se empeña en atender los detalles mínimos de cada una de las gestantes y de quienes anhelan concebir un hijo.
Presta siempre en la consulta de Planificación Familiar, ubicada en la segunda planta del policlínico docente Gustavo Aldereguía Lima, de esta ciudad, esta galena atiende además a las adolescentes del área de salud con una conducta sexual activa y a quienes se planifican un embarazo deseado.
«Para mí la Obstetricia es parte de mi vida, es algo muy importante pues siempre que veo un paciente siento la necesidad de ayudarles a traer una nueva vida al mundo, una descendencia saludable», confiesa esta fémina que cada día se impone nuevas metas.
Ella recuerda sus inicios en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Luis Urquiza Jorge cuando decidió estudiar Medicina. «Llevaba el ejemplo de mi prima que por ese tiempo estaba en sexto año de la carrera y la veía con su bata, sentada siempre frente a un paciente y me dije voy a ser médico para ayudar a mi familia, a un vecino o a quien necesite.
«Así me decidí por esta profesión, luego en tercer año pasé por una de las salas y vi a las madres con niños en brazos y me llamó la atención, así inicié como alumna ayudante de la especialidad. Cada día eran nuevas experiencias en salones de partos, operaciones y ante cada nacimiento, la alegría era inmensa como si quien diera a luz fuese yo».
En la Universidad de Granma se graduó de Medicina General Integral, allí conoció de su primer amor por la Obstetricia, que luego fomentó en este territorio.
«Actualmente trabajo en el Grupo Básico de Trabajo número tres atendiendo embarazadas, adolescentes y adultas que tengan algún caso relacionado a la Ginecología pero sobre todo mi atención mayormente es a las gestantes tratando que no tengan complicaciones, de ayudarle a que lleguen a un término feliz con un buen parto, que junto al nuevo bebé lleguen felices a casa, con la oportunidad de una nueva vida.
«Desde la Planificación Familiar brindo mis servicios a quienes no deben embarazarse en un momento determinado porque pueden sufrir un daño a su organismo o al futuro bebé, orientándoles y planificando la mejor oportunidad para concebir un hijo sobre todo a las adolescentes para evitar la gestación en edades tempranas», subraya esta profesional.
Hay muchos momentos de alegrías pero también de tristezas en la profesión comenta Lirisis, «lo más difícil vivido fue la pérdida de una paciente de 36 semanas por una complicación por la hipertensión arterial pues se indisciplinó totalmente. Un embarazo es una felicidad para las familias pero implica muchos riesgos cuando no hay responsabilidad en esa etapa de la vida».
El quehacer de un Obstetra en la Atención Primaria es esencial en el trabajo con las maternas precisa «se está todo el tiempo siguiendo qué es lo que debe hacer la paciente, lo que necesita para evitar una enfermedad o una complicación».
En este trabajo es indispensable la familia -acota- sin mi familia creo que no hubiera podido lograrlo, el apoyo de mi madre con mis hijos para no faltar ni un día a ver mis pacientes en mi vocación de servir.
«También mis hijos y mi esposo colaboran para mantener mi superación profesional y alcanzar satisfactorias evaluaciones, agradezco siempre el impulso hasta de mis abuelos, que aunque no están presentes, estuvieron al tanto de cuanto necesitaba para que pudiera convertirme en médico, de mantener el espíritu del crecimiento profesional y personal por mis servicios a las pacientes.
«El médico debe superarse constantemente porque la Medicina está en constantes estudios, pues lo que hoy es conocido mañana incorpora algo nuevo y hay que implementarlo en cada área de salud con el propósito de evitar las complicaciones y aplicar un tratamiento adecuado.
La especialidad de Obstetricia es una de las más lindas, saber que ayudas una madre a dar una nueva vida al mundo es la mayor recompensa que se puede tener, que las parejas que de una manera u otra no han podido concebir un embarazo logren su sueño de la maternidad, que una familia crezca con la llegada de un bebé es lo más lindo que tiene un ser humano y esa satisfacción la vivo en mi labor constante con esa paciente que llega al término y siento su alegría como si yo fuera madre cada vez.
A la vuelta de 10 años la doctora Lirisis Naranjo González recuerda cómo llegó y el esfuerzo de muchos para que comparta sus conocimientos en su actuar a diario, colmado de historias que cuentan pasajes de gratitud cada vez que ayuda a formar una nueva familia, con una nueva vida.
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