Las Tunas.- Para Pastor Leonardo Leyva, haberle dedicado 55 años de su vida a los almacenes de la empresa eléctrica es una de las mayores satisfacciones de su vida, porque en esa entidad ha sabido crecerse y experimentar las mejores experiencias laborales.
El primero de diciembre de 1967, comenzó en la construcción de líneas de subestaciones, entonces fue captado para trabajar en el almacén hasta hoy, cuando con 76 años es toda una cátedra de ese trabajo que aun cuando para algunos parece fácil es muy complicado y especializado.
«La principal virtud de un almacenero es estar enamorado del trabajo, ser puntual y responsable porque tiene bajo su custodia valiosos recursos de una empresa. Además, hay que cumplir con lo que está establecido en las normas del trabajo.
«MI mayor satisfacción es atender bien a mis compañeros de trabajo, orientarlos y despacharle las piezas y recursos que solicitan; recibir la mercancía y no tener ningùn desvío o faltante».
Leyva, como todos le llaman, es un hombre admirado y respetado por sus compañeros de labor, y en su almacén, de dónde salen todos los recursos para la empresa eléctrica de Las Tunas, se entrega cada día no solo para entregar lo que se le solicita, sino para preservar miles de pesos que concentra ese lugar.
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