Nina, Negrita y Niña son unas pacientes sui géneris en un consultorio que poco a poco despierta las mañanas de cada día en el reparto Aurora, de esta ciudad. Y lo digo literalmente porque con la salida del sol se escuchan ruidos de diversos animales, especialmente ladridos de perros, esas adorables mascotas que se han ido adueñando de espacios físicos y sentimentales en las familias de Las Tunas.
