Yadira Miranda Otaño es una combatiente del Ministerio del Interior (Minint) en Las Tunas que acaba de ser ascendida al grado de mayor por su brillante hoja de servicio en defensa de la nación.
Ahora mira la estrella sobre el cuello de su uniforme y se emociona, porque es el grado que más le gusta desde que era pequeña y soñaba con integrar las filas de esa fuerza armada.
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“Siempre me gustó la vida militar por la disciplina, la responsabilidad y porque siempre he amado la historia de Cuba; una manera de defenderla es precisamente formar parte de las filas del Minint.
«Soy cadete insertada de Psicología, escogí esa carrera y estudié en la Universidad de Oriente y luego me incorporé al organismo político.
Cuando Yadira habla de su trayectoria en el Minint se le dibuja la alegría, pues siempre fue su aspiración. A esa fuerza le ha dedicado la mitad de su vida, y aunque ha sido dura su labor desde que nació su hija, que ya tiene cuatro años de edad, ha buscado el tiempo para cada responsabilidad, y nunca ha descuidado su atención esmerada.
“Es difícil porque una niña pequeña requiere de más atención y en ocasiones es la primera en llegar al círculo infantil y la última en salir. A temprana edad ya va conociendo cuál es el trabajo de mamá y así también aporta a la defensa del país, contar con el respaldo de la familia también me genera gran satisfacción».
Yadira Miranda Otaño es plenamente feliz, aprecia las bondades de su labor, incluso en medio de las dificultades, y se fortalece en la convicción de que su vida pertenece, en buena medida, a esa fuerza armada.
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