Las Tunas.- Casi finaliza mayo y en la provincia de Las Tunas el impacto de la sequía tiene un comportamiento similar al primer cuatrimestre del año porque han sido muy pocas las precipitaciones reportadas en los ocho municipios desde que comenzó el período húmedo.
Estas circunstancias han provocado una disminución considerable de agua en las presas y micropresas del sector agropecuario y en el nivel de las fuentes subterráneas; lo que genera una disminución de las potencialidades de los ganaderos para garantizar el líquido a los rebaños.
De manera paralela, la falta de lluvias afecta el desarrollo de los pastos naturales que crecen en los potreros y a las pocas áreas sembradas de plantas proteicas porque- vale recordar- esa es una de las tareas pendientes en el territorio tunero para incrementar el acopio de leche y carne vacuna.
Según fuentes de la delegación del Ministerio de la Agricultura, la intensa sequía repercute en el deterioro de la masa, una alta mortalidad y la sensible reducción de las producciones, así como en pérdidas económicas de las empresas y las unidades del sector.
Para hacer frente al período de intensa sequía se adoptaron medidas de carácter organizativo que permiten abastecer de agua y comida a los animales, ya sea mediante el tiro del líquido con pipas, con la realización de pozos o el alistamiento de tranques en ríos y arroyos.
En espera de una mayor sistematicidad en la ocurrencia de lluvias, en la provincia se trabaja en la recuperación de 24 molinos de viento parados por tubería y en la búsqueda de soluciones para arreglar 30 máquinas de molino y 121 conjuntos de bombeo.
En estos momentos tan complejos, también se mantiene la estabulación de vacas y terneros, fundamentalmente, la chapea de áreas infestadas de marabú para incorporarlas a la siembra de alimento animal y el aprovechamiento de los residuos de las cosechas.
/mga/
Comente con nosotros en la página de Facebook y síganos en Twitter y Youtube